Llegaron para quedarse (termómetros infrarrojos, una fiebre comercial provocada por el coronavirus)

Cada vez son más las medidas y productos que el COVID-19 pone en plaza. Desde el distanciamiento de casi dos metros a los tapabocas, pasando por las cabinas sanitizantes y las mamparas protectoras, ahora llegan los termómetros infrarrojos: dispositivos que permiten medir la temperatura de una persona sin tener contacto. Los hay de US$ 125 a más US$ 500.

Hasta hace unos pocos días podía parecer algo extraño e incluso incómodo: al querer ingresar a un lugar, una persona nos detenía y nos apuntaba con una especie de “pistola” digital que, en fracción de segundos, lo que hacía en realidad era tomarnos nuestra temperatura corporal. Eso, ahora, ya pasó a ser otro de los hábitos que trajo aparejado el coronavirus. 

El dispositivo no es otro un termómetro infrarrojo, cuya especificidad está en poder medir la temperatura de las personas sin contacto y en situaciones de movimiento o masividad. Según Guzmán Zorrilla de San Martín, director de Digital Outlet, una de las importadoras de estos aparatos, “en países asiáticos e incluso en algunos de Europa, es algo común y corriente lo que se denomina como policía sanitaria, que son personas que utilizan este tipo de aparatos, más allá del coronavirus”.

Esa cotidianidad ya se instaló en nuestro país y estos dispositivos, como el modelo YHKY-2000 que trae de Estados Unidos Digital Outlet, cuesta US$ 125, “pero los hay de hasta US$ 500 o más”, remarcó Zorrilla de San Martín, agregando que son aquellos que pueden inspeccionar la fiebre de una persona a más de un metro y medio de distancia.

“El que nosotros trajimos –puntualizó el director de Digital Outlet a InfoNegocios– no requiere contacto físico, lógicamente, pero se usa en una distancia óptima de medición de tres a cinco centímetros. Lo importante de este modelo es que cuenta con la certificación FDA y CE/ICR, que son los estándares para seguridad en protocolos de salud y dispositivos médicos de Estados Unidos y Europa, respectivamente”.

Según Zorrilla de San Martín, el rango de medición de temperatura de este termómetro infrarrojo es de 32ºc hasta 42ºc, y tiene una autonomía de 40.000 mediciones por banco de pilas (lleva dos AAA), con apagado automático a los 15 segundos. “Es un aparato muy preciso, con un diseño muy básico y cómodo, lo cual permite un monitoreo y control exacto”.

Para el director de esta importadora, un termómetro infrarrojo como el que están comercializando se va a transformar rápidamente en un producto masivo. “Por la cantidad de consultas, reservas y pedidos, sin entrar en lo que se refiere a espacios de ámbito público, solo en lo que tiene que ver con el sector privado, para fin de año podría aspirarse a tener entre 10.000 y 15.000 de estos dispositivos ya colocados en plaza”.

Si la tendencia sigue como hasta ahora, para Zorrilla de San Martín los sectores o rubros con mayor propensión a adquirir este termómetro infrarrojo sería “la construcción, el transporte, la educación, los bancos, los supermercados, los polos logísticos, etcétera”.

“No es el que tendrías en tu casa ni tampoco en el Estadio Centenario, por un tema de rápida contención en caso de tener una señal que muestre una temperatura mayor a la esperada, pero sí es el dispositivo perfecto para un ómnibus, una escuela, una fábrica, un evento social o corporativo en un salón o un espacio deportivo cerrado, entre otros”, remarcó el importador.

Sin duda estas nuevas herramientas que se van incorporando a los usos y costumbres de los uruguayos llegaron para quedarse, dado que una vez superada la impresión de que alguien te apunte con este lector digital, entendemos que brinda una posibilidad ágil para prevenir y detectar un posible caso de coronavirus, reduciendo así el riesgo de propagación.

“En el mundo, actualmente, hay por ejemplo relojes de marca para el ingreso de funcionarios a un trabajo que cuentan con medición de temperatura a distancia. Estamos todavía lejos de esa fase. Pero con estos dispositivos, como el termómetro, todos estamos dando un paso para cuidarnos. Y es un aparato accesible económicamente”, finalizó Zorrilla de San Martín.