Quienes hayan ido alguna vez a Cabo Polonio no lo olvidarán jamás. Este mítico balneario del departamento de Rocha no solo es mágico porque posee las más extensas y desérticas playas de la costa uruguaya, sino también enormes dunas, islas habitadas por lobos marinos y pequeñas casas pintadas de blanco y numerosos ranchos coloridos que le otorgan al paisaje una postal única. En Cabo Polonio no hay agua corriente ni calles por las que circulen vehículos ni tendido eléctrico. La magia de este sitio es la plenitud que puede sentirse al estar allí. Cabo Polonio es más que un balneario turístico. Es una experiencia.
Y esto es lo que se quiere preservar con el reciente acuerdo firmado entre propietarios y pobladores del lugar. De hecho, según supo InfoNegocios, la firma Balsa & Asociados, que creó el primer barrio privado autosustentable del país -Pilar de los Horneros- y el primer barrio privado del país biointeligente -La Juana-, entre otros desarrollos inmobiliarios, adquirió el predio que incluye la playa La Calavera con el fin de ordenar la posesión de los terrenos y trabajar con la Dirección Nacional de Medio Ambiente (DINAMA) en un plan de triple impacto.
Juan Balsa, director de la firma, explicó que esta idea surgió inicialmente por una inquietud personal, dado que es asiduo visitante de Cabo Polonio desde hace muchos años y esto lo llevó a entablar distintos tipos de relaciones con sus vecinos. Luego, gracias a su experiencia con inmuebles, fue un grupo de pobladores el que contactó a Balsa para encontrar una solución definitiva a una situación jurídica que, desde hace décadas, viene generando en este icónico balneario de Uruguay problemas a nivel tanto social como ecológico.
Para entender mejor el alcance de este acuerdo, que surge a través de la iniciativa de un grupo de vecinos junto a la firma de desarrollos inmobiliarios -que vale señalar no solo trae una solución en la regularización de la zona sino también proyecta implementar una serie de acciones para la conservación del paisaje de dunas y la riqueza natural-, hay que recordar que se trata de un conflicto que se arrastra hace más de 30 años, cuando los primeros pobladores se instalaron en lo que entonces eran tierras fiscales, fruto de una expropiación del predio a la familia Tisnés; como esto finalmente no se llevó adelante, el Estado devolvió el padrón a los herederos con los pobladores ya instalados, generando así los reclamos legales.
Pero esto no queda acá, ya que para hacer todo aún más complejo, en 2015 un grupo formado por estos pobladores constituyó una sociedad y adquirió parte de la sucesión, legitimando así su posesión, sin contar la cantidad de ocupaciones irregulares que hubo en los últimos años y que generó incluso acciones de desalojo.
Ahora, tras casi dos años de negociaciones, los herederos de la sucesión Tisnés -familia que poseía la propiedad de un predio de casi 200 hectáreas al norte del balneario- y los pobladores locales le pusieron fin a este asunto.
Marcelo Caggiani, uno de los 50 pobladores que participaron de este acuerdo, explicó que el instrumento de Balsa & Asociados marca este fin ya que, si bien al participar de la sucesión los pobladores contaban con cierta legitimidad, no tenían una garantía sobre su propiedad, lo que los desmotivaba de realizar las mejoras recomendadas por el Plan de Manejo de Cabo Polonio. Ahora, Balsa & Asociados, a partir de este acuerdo con la familia Tisnés tiene el control del predio, otorgando al grupo de pobladores un derecho de superficie sobre sus terrenos.
Además, según dijeron a InfoNegocios representantes de Balsa & Asociados, con el fin de conservar la identidad del lugar, el acuerdo contempla a 18 pobladores permanentes que constituyen el corazón cultural de Cabo Polonio. En el caso de los ocupantes irregulares, que no formaron parte del acuerdo, se buscará negociar para que adquieran el derecho de superficie y regularicen su situación.
Dunas y saneamiento: los dos grandes problemas del Cabo
El padrón de la sucesión Tisnés es uno de los tres grandes predios de Cabo Polonio, los otros dos son el estatal y el perteneciente a la sociedad anónima Gabasol. El acuerdo de Balsa & Asociados establece condiciones únicamente para el primero.
Además de ordenar la posesión, este permitirá avanzar en obras urgentes para la conservación del Cabo. Hoy los vecinos, la Intendencia de Rocha y la DINAMA coinciden en que la principal amenaza para la zona es el avance de pinos y acacias sobre las dunas móviles. A medida que la vegetación avanza, estas formaciones se van aplanando, deformando su relieve característico,
La falta de recursos económicos y las dificultades para obtener los permisos de tala determinaron que en los últimos años las autoridades no pudieran avanzar lo suficiente en este punto. Este acuerdo remueve estos obstáculos y permitirá a Balsa & Asociados desarrollar un plan junto a vecinos y la DINAMA para detener el avance del bosque ubicado sobre la ruta.
Por otra parte, los troncos de estos pinos serán reconvertidos en madera contralaminada o CLT, un material noble y respetuoso con el medio ambiente, que será utilizado por los propios vecinos para las mejoras en sus cabañas y también para futuras construcciones, cerrando así el círculo de sustentabilidad.
“Para nosotros el Polonio es un lugar con una energía única, y este acuerdo nos permite pensar en un proyecto de triple impacto, cuidando ante todo su identidad y su esencia. Nuestra prioridad es desarrollar un plan para asegurar la preservación de las playas, la vegetación y la fauna”, aseguró Balsa.
También se buscará trabajar junto la Intendencia de Rocha y la DINAMA en el otro gran problema del balneario: el saneamiento. Según el poblador Caggiani, los desagües de Cabo Polonio se fueron formando en forma natural e improvisada, generando una contaminación de aguas residuales que requiere urgente de drenajes y reparaciones.
Cuidar la identidad del Cabo: la primera prioridad
El predio en cuestión tiene una superficie de 200 hectáreas que incluye la playa La Calavera, de las cuales únicamente 10 están habilitadas para nuevas construcciones. Esta es una franja ubicada en el centro del predio y alejada de la costa.
A partir del acuerdo, Balsa & Asociados y los propios vecinos podrán controlar que cualquier obra o construcción cumpla con lo establecido por el Plan de Manejo de Cabo Polonio y la DINAMA en aspectos básicos como saneamiento, metros construidos, retiros, cercas, materiales y distancia entre casas.
En materia de caminería, está previsto un trazado de uso exclusivo para cada poblador con derecho de superficie. Esto significa que solo podrán usar su auto ida y vuelta por el camino que conduce a su casa, prohibiendo la circulación por las demás arterias.
“El patrimonio natural hace que cada parcela del Cabo sea única -explicó Balsa- y si para preservar la identidad del lugar y la vista consideramos que solo se pueden vender dos terrenos al año, así será. Para nosotros es muy importante dejar claro no se está planificado ningún proyecto residencial ni se va a salir a vender en forma masiva”.
En suma, según el desarrollador, Cabo Polonio es un lugar único en Uruguay y la prioridad de Balsa & Asociados es cuidar su identidad.
“Más adelante se podrá comercializar el derecho de superficie sobre algunos terrenos -sostuvo Balsa-, pero sin apuro y en una forma muy cuidada. Hay una motivación muy diferente a nuestros proyectos inmobiliarios tradicionales y está basada en el amor por este lugar y la preocupación por su conservación”.
Como bien dice el compositor y cantante uruguayo Jorge Drexler en una canción dedicada justamente a Cabo Polonio, allí “no es la luz lo que importa en verdad, son los 12 segundos de oscuridad”… Esos 12 segundos de oscuridad son los que transcurren entre cada haz de luz del faro que ilumina el Polonio. En este acuerdo, como en la metáfora de la canción, lo importante no está tanto en el destello.