El sistema alimentario mundial enfrenta desafíos crecientes: garantizar el acceso a alimentos nutritivos y sostenibles, reducir el desperdicio y combatir la malnutrición y la obesidad. En ese contexto, FoodRise, un hub regional impulsado por Eatable Adventures con el apoyo de BID Lab, quiere posicionar al Cono Sur como un motor de soluciones innovadoras para la producción, conservación, distribución y acceso a los alimentos.
La iniciativa fue presentada en Buenos Aires, en la sede del Banco Interamericano de Desarrollo, y tendrá su lanzamiento en Montevideo en las instalaciones del LATU.
Uruguay como base regional
El hub tendrá alcance en Argentina, Uruguay, Paraguay y Chile, pero estará basado en Uruguay. Según explicó a InfoNegocios Juan Negro, director de FoodRise para el Cono Sur, la elección del país responde a “la estabilidad económica y política, la facilidad para hacer negocios y su posición estratégica como plataforma de entrada a la región”. Además, Uruguay es visto como un mercado apto para validar y escalar nuevas tecnologías vinculadas al agrifood tech.
FoodRise se propone ser un espacio de vinculación entre startups, corporaciones, pymes, organismos públicos, academia y centros de investigación. El objetivo es acelerar la adopción de tecnologías en las cadenas agroalimentarias y generar un ecosistema de colaboración regional.
El proyecto incluye un programa de aceleración anual que se ejecutará durante tres años. La primera edición ya abrió su convocatoria y prevé seleccionar entre 10 y 15 startups que comenzarán el programa en noviembre de este año. La aceleración tendrá una duración de 16 semanas, hasta marzo o abril de 2026, con un acompañamiento posterior para escalar las soluciones en la región y el mundo.
Inversión en tecnología, no en infraestructura
A diferencia de otros proyectos, FoodRise no se enfocará en crear grandes infraestructuras propias, sino en invertir directamente en las startups y en las tecnologías con potencial de impacto global. Para ello, se apalanca en acuerdos estratégicos con instituciones como Fundación Latitud (LATU) en Uruguay, universidades de la región y plataformas de validación tecnológica en Argentina.
Eatable Adventures, matriz de la iniciativa, gestiona un fondo de inversión de 30 millones de dólares en Europa destinado a apoyar startups del sector agroalimentario, y se encuentra estructurando un nuevo fondo enfocado en Latinoamérica. Las áreas de inversión abarcan desde biotecnología aplicada, nuevos nutrientes, alimentos funcionales, probióticos y prebióticos, hasta soluciones de packaging sustentable, logística y retail.
Para Negro, el hub busca aprovechar la capacidad científica y de investigación de la región y conectarla con cadenas agroalimentarias globales. El impacto esperado incluye mejorar la seguridad alimentaria, generar acceso a nuevos mercados para startups del Cono Sur y contribuir a resolver problemas como la desnutrición, el desperdicio de alimentos y la obesidad.
“Lo que nos aporta esta entrada en el Cono Sur es una visión geográfica y científica clave, porque la región es considerada el granero del mundo. Era una de las piezas que nos faltaba en nuestra estrategia global”, resumió Negro.