... algo así como el 5% del área agrícola en las que estarían involucrados unos 500 productores.
El consumidor que habitualmente adquiere productos orgánicos está identificado como aquel que se interesa por el medio ambiente, por saber lo que consume, tener información nutricional del producto, que no se han producido utilizando productos de síntesis química-industrial, ni productos derivados de la ingeniería genética actual (OGM) y que incluso sean producidos respetando los aspectos sociales básicos de la comunidad y el trabajo. Todo esto hace que acepte que el producto que consume esté diferenciado sobre el resto y que para que ese producto perdure en el tiempo en el mercado, se debe pagar un mayor valor. En Dinamarca y Suiza, por ejemplo, el gasto por habitante es de US$ 200.
Las ventas mundiales de alimentos y bebidas orgánicas alcanzaron los US$ 63 millones en 2011, con una expansión del mercado del 170% desde el 2002. Actualmente, el 90% de la demanda mundial está concentrada en Estados Unidos y Europa.
Mañana, en un taller organizado por Uruguay XXI se presentarán los detalles del estudio encomendado al Ing. Pedro Landa, director técnico de la Organización Internacional Agropecuaria con oficinas en Argentina, Brasil y Estados Unidos, quien realizó un relevamiento y diagnóstico sobre la situación del sector en Uruguay con el fin de identificar oportunidades de exportación así como para definir lineamientos para una estrategia de promoción comercial de estos productos.