Según Enrique, dueño de Inca Pádel, el declive del deporte comenzó con la crisis económica del 2002. Allí muchos clubes se vieron obligados a cerrar sus puertas. A eso se le sumó el desarrollo de otros deportes que relegaron aún más a la paleta. “En esa época casi que no existía el fútbol 5 y ahora hay canchas por todos lados. La gente pone el fútbol por encima del pádel y es imposible competir. El fútbol 5 está matando al pádel. Mismo ahora los días que juega alguno de los grandes por el Campeonato Uruguayo o entre semana sabemos que los que vienen siempre a jugar al pádel, esos días no se arriman”, explicó Enrique a InfoNegocios.
Otro problema que tuvo que afrontar el deporte fue el llamado “mito de las lesiones”. Sobre fines de los 90 comenzó a tomar fuerza el rumor de que el pádel traía problemas de rodilla. “Eso no es así. Lo que pasó fue que la gente se entusiasmó tanto con el deporte que jugaba tres o cuatro horas seguidas y lógicamente se lesionaba. Yo tengo 70 años, juego dos veces por semana hasta el día de hoy y nunca tuve problemas. Como a la gente le gustaba, no se regulaba”, dijo Enrique.
Hoy el negocio no es lo que supo ser e Inca Pádel, a pesar de ser uno de las pocos clubes que hay para practicar el deporte, solo tiene cerca de cuatro reservas diarias, más que nada de gente mayor a 40 años y después de las 18 horas.
Gustavo Amicone, dueño de San Luis Pádel, coincide con la visión de Enrique. También explicó que los niños no están expuestos al pádel y que eligen practicar los deportes que ven por la televisión. Antes era común que algún familiar del niño jugara al pádel y así nacía el interés en las nuevas generaciones.
Con el fin de que los más chicos se interesen en la paleta, Amicone llevó adelante talleres junto a escuelas de la zona para que los niños se arrimen a su club para recibir clases de pádel. A raíz de esto, cada vez son más los jóvenes que van al Club San Luis, que tiene 6 o 7 reservas diarias. De todos modos, sigue siendo un deporte que suele ser practicado por los mayores de 40.
No todo es amargura para los amantes del pádel. Tanto Enrique como Amicone sienten que en los últimos dos o tres años el deporte experimentó un crecimiento, algo que no sucedía desde hace mucho tiempo.
“En el interior la gente está jugando más. En Montevideo como hay muy pocos clubes suelen tener gente de continuo. La pasión por el deporte disminuyó muchísimo en Uruguay y en Argentina, pero empezó a crecer en todo el mundo. Se popularizó en Japón, donde nunca había llegado, y el último mundial fue en Paraguay donde nunca antes tuvo relevancia el deporte. Y eso termina influyendo en Uruguay, porque ahora la gente ve esas competencias internacionales por Internet y le da ganas de jugar ” dijo Amicone a InfoNegocios.
Enrique atribuye parte de este leve crecimiento del pádel uruguayo a que Charrúa Pádel inauguró nuevas canchas profesionales, de piso flotante y cristal, unicas en Uruguay, donde los seleccionados uruguayos se entrenan y también disputan torneos internacionales.
“Siento cierta mejoría. Se está acercando gente al club que nunca antes había venido y, de cierta manera, nos da tranquilidad. Sabemos que no va a ser lo que fue, pero estamos esperanzados con que la gente juegue más”, dijo Enrique.