El novelón “Uruguay, paraíso fiscal”, duró poco.
La mancha en el currículum uruguayo, de país no comprometido con los estándares internacionales en el intercambio de información fiscal y tributaria, duró 24 horas. En ese lapso el Ministerio de Economía, junto con la participación diplomática, hicieron remover a nuestro país de la lista de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que incluye a países que cooperan o no en materia de evasión fiscal. Mientras tanto, la calificadora Observatorio Financiero Internacional no sólo elogió las garantías regulatorias de Uruguay sino que dijo que los países avanzados no pueden buscar “chivos expiatorios para sus problemas financieros en los paraísos fiscales”, porque la crisis “estalló bajo las narices de Wall Street”.