Hace unas pocas semanas, cuando asumió como presidente de la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información, usted dijo que uno de los objetivos de su gestión es “llegar al 5% del PBI para 2025 y llegar a ser el principal rubro de exportación de Uruguay”. ¿Cómo se llega a esto, cómo piensa lograrlo, cuáles son las claves para alcanzar esa meta?
Tenemos que trabajar en cuatro grandes líneas. Primero aumentar la exportación de servicios de tecnología, ya que tenemos que seguir desarrollando nuestro posicionamiento en los principales mercados y que la tecnología sea parte de la Marca País, con mayor promoción en el exterior y presencia en las principales ferias tecnológicas del mundo. A su vez, hay que seguir trabajando para mejorar las condiciones en estos mercados, eliminando algunas barreras que limitan la creación de cadenas de valor de servicios. Segundo, hay que potenciar la formación de talento. Uruguay no puede seguir este ritmo de formación de talentos, debemos acelerarlo e incrementarlo para aprovechar todas las oportunidades y por esto el trabajo que hacemos desde CUTI con la academia es fundamental. Mientras tanto tenemos que lograr que más talento calificado venga a trabajar a Uruguay. La tercera línea es aumentar nuestra capacidad de creación de productos, es decir, tenemos el gran desafío de mejorar la composición de oferta de nuestra industria, donde hoy es mayoritariamente de servicios y tener un mejor mix. Para lograr esto iniciativas como el Open Digital Lab o el Microsoft Lab las consideramos relevantes para seguir construyendo productos de valor. En esta misma línea tenemos el desafío de la financiación de este tipo de iniciativas, donde el capital de riesgo sigue siendo un área que no se ha desarrollado con fuerza en el país y por eso propuestas como la de la reciente rendición de cuentas donde el Estado es partícipe “fondeando” parte de estos emprendimientos nos parece muy relevante. Por último, la cuarta línea es acelerar la transformación digital en las industrias del país. El sector es el motor de la transformación digital del país y colabora con el resto de los sectores para impulsar su transformación hacia lo digital. Además, queremos trabajar con el resto de las cámaras para promover la cultura tecnológica en el Uruguay y apropiación por parte de toda la sociedad.
Según tengo entendido hoy CUTI cuenta con más de 400 socios, ¿este número alcanza para que la industria sea más potente y se obtengan los resultados que recién mencionaba o se requiere de una mayor participación de las empresas?
Si bien los 400 socios representan un número muy importante de las empresas del sector, la industria en el Uruguay tiene más empresas tecnológicas y, en estos dos años , queremos hacer un esfuerzo para sumarlas a CUTI.
Antes decía que uno de los grandes temas en el desarrollo y exportación de software desde Uruguay es el de la mano de obra calificada, ¿no? En este sentido, dentro de su gestión 2022-2024, ¿existe algún plan para generar nuevos puestos de trabajo?
El proceso de desarrollo de tecnología requiere de talento calificado y si queremos que este negocio crezca, vamos a necesitar más talento. Por lo tanto, los puestos de trabajo existen, tenemos más de 3.000 puestos vacantes por año que no podemos cubrir y son cubiertos por talento que contratan las empresas uruguayas en otros países.
Entonces el tema es cubrir los puestos, no crearlos…
Es así, el problema principal no está en la creación, sino en cómo los cubrimos. Por esto, desde esta nueva directiva, creamos un espacio de trabajo enfocado a trabajar los temas de formación. Este espacio va a estar liderado por Leonardo Loureiro, quien sigue en el equipo de la Directiva con este rol. Desde CUTI trabajamos muy cercanos a la academia, colaborando con ellos en la mejora de la oferta educativa intentando que llegue a todo el país. A su vez, trabajamos con otras organizaciones que están impulsando la formación en tecnología a través de otros mecanismos como son los Bootcamps o certificaciones.
¿Cuáles han sido los últimos datos más relevantes del sector tecnológico que pueda destacar y que de algún modo hayan marcado un hito?
Poseemos información de 2020 y actualmente estamos procesando los datos de 2021. El hito relevante de 2020 fue que, por primera vez en la historia, las exportaciones del sector superaron al mercado local, un hecho muy significativo. Esto entendemos que no solo no se va revertir, sino que esta diferencia, seguramente, se empiece a ampliar cada vez más.
En datos más concretos…
Es un sector que, al 2020, contribuyó con el 3,3% del PBI, las ventas locales representaron U$S 891 millones y las ventas al exterior U$S 901 millones. Considerando el 2020, el sector exportó a más de 52 mercados y Estados Unidos representó el principal mercado, con el 74% de las exportaciones, seguido por Reino Unido con un 5.3%.
Siempre se asocia al sector con el exterior, pero ¿por casa cómo andamos? ¿Qué niveles de crecimiento o facturación o desarrollo hay en el mercado local?
El mercado interno, si bien en 2020 se contrajo un 9% con respecto al año anterior, producto de la pandemia, siempre fue muy importante para nuestro sector y entendemos que así seguirá siendo. Nuestro objetivo es que nuestro sector sea el motor para la transformación digital de los otros sectores y para poder acelerar ese proceso.
¿Qué mojón recuerda que haya sido significativo para el sector en el país?
No tengo identificado un mojón significativo, sino que creo que el desarrollo del sector se ha dado por proceso de construcción apalancado en una política de Estado que ha permitido, mediante un trabajo sinérgico de industria más Estado más academia, poder desarrollar una industria con una mirada global y que hoy compite en cualquier mercado. Es fundamental seguir trabajando en esa línea e impulsar el desarrollo de más innovación en el país.
Y en el plano personal, ¿cuál fue su antes y después en este mundo de la tecnología?
Sin lugar a duda el haber decidido emprender en el año 2009. Eso ha sido un antes y un después. No solo porque exige involucrarse en el desarrollo de nuevos negocios, entender las nuevas tecnologías y a qué olas subirse, sino también el desafío de construir una organización basada en un propósito.