Marco Picorel es director de Saint Hermanos del Uruguay, una empresa que compró su familia hace más de 20 años. Según cuenta al equipo de InfoNegocios, la marca tiene en su haber más de 100 años en el mercado y llegó a manejar el monopolio de dulces, chocolates y cafés en Uruguay.
Saint Hermanos del Uruguay fue propietaria de marcas como Medialuna, Colibrí, Menier, Ricard y Pernigotti. La planta industrial de la empresa tuvo lugar en Garibaldi y San Martín donde actualmente se encuentra Telefónica.
Al regreso de la democracia en 1985, la empresa continuaba con procesos de producción que resultaban obsoletos y no permitían la optimización y la mejora del rendimiento, “por ejemplo el chocolate con maní, tostaban el maní, hacían todos los procesos allí desde el principio, a diferencia de las empresas de la actualidad que delegan y se dedican a generar mayor eficiencia y rentabilidad” comentó Picorel.
La llegada del Mercosur, generó la pérdida de competitividad de la marca a nivel regional y provocó el cierre de la empresa, yendo a remate público todas las marcas. “Mi familia accedió a Saint, muy humildemente, con un trabajo de hormiga en busca de un proyecto que sí o sí tenía que ser exitoso, es que hoy en día nos abrimos hacia otros mercados” señaló el director.
Saint Hermanos del Uruguay, maneja el 30% del share del mercado nacional. Dentro de los productos que comercializa, se encuentran: café solubles, molidos, capuchinos, cereales, té, cebada, leche en polvo, endulzantes. Es la segunda marca más vendida en el mercado nacional, mientras que al igual que su competidora, el 50% de la facturación radica en el café soluble.
Según el empresario el diferencial de la empresa es la capacidad de reacción extremadamente dinámica a ciertos cambios del mercado, que radica en ser una empresa familiar, a diferencia de las multinacionales cuya burocracia enlentecen los procesos. A su vez, en palabras del director, las épocas de crisis que para los líderes de los segmentos suelen ser amenazas, “para nosotros son oportunidades, porque las primeras marcas sienten la baja, las segundas son las que aprovechan”.
“Nos aggiornamos mucho en el diferencial, porciones stick packs, viajamos mucho, implementamos mucha tecnología y nos hicimos muy eficientes en los procesos, tanto de elaboración como de fraccionamiento y en algún momento empezamos a sondear los mismos productos en la región y vimos que teníamos oportunidad de competir y nos tiramos al agua en buscar en emprender el proceso de internacionalización” señaló Picorel. Hoy la marca está construyendo su propia identidad en México, El Salvador y Perú.
Otro de los diferenciales, radica en el producto que se trabaja, ya que “trabajamos productos puros, sin azúcar agregada, a diferencia del líder del mercado que utiliza en su principal producto azúcar. También nuestros productos son sin gluten, somos muy eficientes a la hora de producción por nuestros procesos. Se encuentran finalizando la certificación de elaboración de alimentos aptos para celíacos -en una planta separada-, elaboramos desde cero, desde el grano verde, tostamos, molemos y solubilizamos en Uruguay”.