Sus primeros pasos en la enología fueron en la bodega Pisano. Luego, y de esto hace ya más de una década, Gastón Vitale trabaja en Giménez Méndez y asesora, también, a otras importantes bodegas, como por ejemplo Sierra Oriental, Bresesti, Piccolo Banfi y más recientemente Bodega Oceánica. Dicho de un modo simple, el enólogo es responsable de muchos vinos que disfrutan todos los uruguayos. Su nombre –está claro– no es lo que debe sobresalir, pero sí se destaca la pasión y el respeto que Vitale siente por el arte de hacer vino.
Fue así que en 2022 se lanzó al mercado con un proyecto de vinos de autor llamado Finca Las Violetas, una marca que en ese momento puso en boca de todos cuatro blends muy personales y que, según dijo Vitale a InfoNegocios, “fueron muy bien recibidos, gustaron mucho y sus ventas superaron todas nuestras expectativas”.
Si bien aún guarda alguna botella de aquella producción –que en total fue de unas 5.000 botellas entre los cuatro blends–, el enólogo dijo que “ya estamos envasando una nueva partida de esos blends, con una producción un 30% por encima de la anterior, siendo cosechas de uvas tintas de 2021 y las blancas y rosadas de 2022”.
Hacer un proyecto personal, un proyecto con su familia, un proyecto diferente a todo lo que hasta ahora venía haciendo como enólogo era algo que Vitale venía soñando hacía tiempo y ahora, ese mismo proyecto de mostrar su adn como creador de vinos no para, ya que lanzó al mercado Flor Violeta, una etiqueta con ocho nuevos varietales: Cabernet Sauvignon Rosé, Sauvignon Blanc, Albariño, Pinot Noir, Tannat, Cabernet Sauvignon, Cabernet Franc y Petit Verdot.
“Cada etiqueta de Flor Violeta nace con el mismo concepto que surgió Finca Las Violetas, que es hacer vinos totalmente distintos a los que hago en las bodegas que trabajo y asesoro, porque desde su raíz son distintos. En mis vinos trabajo con uvas que pertenecen a distintos terroirs de los departamentos de Colonia, Canelones y Maldonado, donde hay viticultores con muy buenas uvas de varietales bien disímiles”, dijo Vitale.
“Me gustan los vinos con poder –comentó el enólogo a InfoNegocios–, pero también me gustan los vinos que son más vivos, más frescos, con menos roble pero con un potencial de guarda de acuerdo a cada varietal. Por ejemplo el Cabernet Sauvignon Rosé, elaborado con un 63% de uvas de Maldonado y un 37% de uvas de Canelones tiene un potencial de guarda de tres años, mientras que el Tannat, hecho con uvas de Maldonado, Colonia y Canelones, en un 40%, 20% y 40%, respectivamente, tiene una guarda de cinco años”.
Con una producción total de unas 18.000 botellas, todos estos varietales de Vitale se comercializan en el entorno de los $ 480 en vinerías y locales específicos, menos el Albariño y el Pinot Noir que salen $ 520.
Sin duda, para un enólogo que no tiene bodega ni viñedo, crear estos varietales es un sueño que requiere de mucho trabajo e inversión, pero sobre todo necesita de algo que es invaluable: la pasión y el respeto por el arte de hacer vino.