¿Por qué Etermax decidió expandirse hacia Uruguay?
Hace cinco años la empresa vino a Uruguay con el propósito de crecer y buscar talentos en la región. En el ámbito de los desarrolladores el nivel de desempleo es 0, es difícil conseguir talentos en la industria del juego en Latinoamérica. Actualmente en Uruguay hay 40 personas. Se cubre la parte comercial, marketing, el área legal, el área de desarrollo de producto y de desarrollo de contenido de juegos, además de atención al cliente.
¿Cómo se coordina el trabajo entre las oficinas de los distintos países?
Se trabaja por proyectos. Cada proyecto se trabaja por célula, compuesta por gente de producto (cómo se genera, cómo se desarrolla, cómo se monetiza). Por lo general lo que se hace en Uruguay y Alemania es que hay células que trabajan sobre ciertos proyectos con relativa independencia de las demás, pero siempre con una estrategia común y mucha coordinación entre las áreas, sobre todo las de soporte.
¿Cuáles son los procesos que requiere la creación de un videojuego?
Hay prototipos que tiran ideas y juegos simples para probar. Una vez que eso va teniendo feedback interno en la empresa se decide cuáles son los productos que avanzan a una segunda etapa, que sería generar el producto. Ahí trabaja gente de desarrollo, producto, artistas, interfaz, y van generando productos. Una vez ya está jugable se pasa dentro de la empresa y se decide si se le ve futuro. En caso de que se le vea, continúa avanzando y se arma una versión beta a la que ciertos usuarios tienen acceso; se publica en las stores pero no puede ubicarse con una búsqueda, se precisa acceso. Así se puede contener la cantidad de usuarios que lo están usando, ir viendo las métricas de retención y de engagement que está teniendo el usuario. Si hay buena respuesta se le siguen desarrollando funcionalidades y pasa a la etapa soft launch. Por ejemplo, el principal mercado es EEUU, entonces se lanza en países chicos de habla inglesa, con cultura similar a EEUU para no quemar el producto, que todavía no está finalizado. En caso de que en la vida real el juego funcione bien y se monetice, llega el momento de hacer el lanzamiento oficial.
¿Cuánto tiempo lleva todo el proceso?
Depende del juego, pero puede llevar de seis meses a un año de desarrollo. Una vez que está lanzado se continúa mejorando. Queremos mantener al usuario cautivo, entonces estamos permanentemente haciendo modificaciones y mejoras. El Preguntados de ahora tiene una evolución fuerte con respecto a la versión de 2013, exitosa en 2014 y 2015. Los juegos no se estancan, continúa siendo algo vivo.
¿De qué forma monetizan su trabajo en las versiones gratuitas de las aplicaciones?
Nuestros juegos están monetizados principalmente a través de publicidad. Trabajamos en el modelo de permitir la descarga gratis de una versión y que después aparezca publicidad. Lo que ha tenido mucho éxito últimamente es darle power up al usuario dentro de la aplicación si mira publicidad. Por ejemplo, si querés tener más vidas te damos una chance mirandp un video. Eso tiene un montón de respuesta, es el modelo que más se prefiere por parte de los usuarios. A las marcas les sirve porque vos para poder conseguir el power up tenés que ver los 30 segundos de video, las marcas terminan pagando más por este tipo de video. A nosotros nos sirve porque cada impresión de ese video nos genera ganancias.
Su cultura empresarial se distingue de la tradicional (flexibilidad horaria, comida y bebida para los empleados, beneficios económicos). ¿Qué beneficios tiene este modelo?
Nuestra cultura es muy dinámica y creativa, creamos productos innovadores. Para lograr esa creatividad es que damos independencia a que los distintos actores dentro de la empresa, para que puedan tener libertad para crear. Damos beneficios a los empleados para generar retención. Siempre estamos cuidando el ambiente laboral para que la gente se sienta cómoda y pueda ser creativa, libre. Una repercusión directa que vemos es que tenemos baja rotación. Nosotros estamos todos los días creciendo. nuestro principal medio para eso son las propias recomendaciones que hacen nuestros empleados hacia gente de afuera y los convencen de venir. Es un gran termómetro de que las políticas están funcionando y la gente está cómoda.