La recuperación del crecimiento debería continuar, apoyada, principalmente, en una demanda global relativamente sólida, el tono expansivo de la política monetaria, el desempeño del sector agrícola y los ajustes realizados en años previos, según lo indica el informe Situación Brasil tercer trimestre 2018 de BBVA Research.
De igual forma, se estima que la recuperación del consumo privado y la inversión será gradual, en tanto que las exportaciones seguirán contribuyendo de manera positiva al crecimiento.
Entre los factores que están deteriorando las perspectivas de crecimiento de Brasil, BBVA Research menciona los siguientes: entorno global menos favorable, probable desaceleración de la economía argentina, aumento de la incertidumbre política, mayor volatilidad financiera, menor probabilidad de reformas y ajustes fiscales, mayor inflación y política monetaria menos expansiva de lo esperado.
Por otra parte, los precios de la canasta básica mostraron un aumento del 4,4% en junio, debido en buena parte al desabastecimiento provocado por el paro camionero. Esto sumado a la fuerte depreciación cambiaria y el mayor precio del petróleo, ha llevado a BBVA Research a ajustar al alza sus previsiones de inflación hasta 4,5% en 2018 y 4,7% en 2019.
Además, el control de la inflación y la depreciación cambiaria, han obligado al Banco Central de Brasil (BCB) a mantener una política monetaria menos expansiva, al frenar el recorte de los tipos de interés. La previsión es que se mantengan en 6,50% hasta inicios de 2019, para luego iniciar un ciclo de endurecimiento más agresivo.
Otro factor que afecta la recuperación tiene que ver con las tensiones financieras recientes, que ayudaron a poner fin al excesivo optimismo de los mercados con respecto al país sudamericano. Enestor Dos Santos, economista de BBVA Research para Brasil, explica que esto se ha dado en línea con el proceso de retirada de estímulos monetarios en Estados Unidos y las amenazas proteccionistas. A lo anterior se sumaron también las tensiones provocadas por la incertidumbre política y el problema fiscal de Brasil. Además, pondera que la fortaleza de las cuenta externas del país han impedido que las turbulencias financieras recientes hayan sido aún mayores.
Por último, según éstas proyecciones, el real seguirá depreciado y afectado por la volatilidad que caracterizará al mercado financiero, al menos hasta las elecciones presidenciales de octubre. Tras las elecciones y de las señales positivas que se esperarían del nuevo gobierno entorno al tema fiscal, podría darse cierta apreciación del tipo de cambio.