Este cálculo está hecho para un hincha no socio de Nacional o Peñarol que va a todos los partidos de local del Campeonato Uruguayo (basándose en el precio que colocaron ambos clubes durante las primeras fechas del torneo), a todos los partidos de visitante (promediando los últimos precios que los locatarios le colocaron a los hinchas de ambos equipos) y los tres partidos que seguro tienen como locatarios en la Copa Libertadores (también tomando como referencia los precios que colocaron en su primer partido copero). El resultado de esta suma da $ 14.500 gastados en entradas. Claro está, esta cifra estaría alineada con la realidad si el hincha elige comprar en todos los partidos las entradas más económicas, en las tribunas que están detrás de los arcos.
Curiosamente, según estos cálculos, tanto bolsos como manyas gastarían lo mismo. Si eligieran entradas más caras, esa cifra podría duplicarse o hasta triplicarse.
Un socio tricolor gastaría $ 8.200 anuales en entradas, pero si le sumamos la cuota social ($ 540 por mes) el costo por ser hincha incondicional asciende a $ 14.680. De todos modos, por ser socio tendría beneficios extra a la hora de comprar entradas si Nacional juega finales por el Campeonato Uruguayo, por el Intermedio, la Supercopa Uruguaya o accede a los octavos de final de la Copa Libertadores, y en ese caso sería bastante más conveniente. El acceso preferencial a las entradas también hará que no se pierda ningún partido, cosa que sí puede pasarle a un hincha no socio. Probablemente el hincha que no falta nunca entra dentro de esta categoría, también por el hecho de colaborar y formar parte del club.
El socio activo aurinegro también tendría un gasto mínimo de $ 8.200 anuales en entradas, aunque ser socio de Peñarol cuesta $ 460 por mes. Es decir, paga $ 80 pesos mensuales menos que el socio de Nacional. Su gasto anual sería de $ 13.720 como mínimo.
Si hay algo que no le puede faltar a un hincha incondicional es la última camiseta de su equipo. La casaca de Peñarol tiene un costo de $ 2.890 y la de Nacional vale $ 100 más. Además, ir al estadio puede implicar gastos extra como por ejemplo en transporte, estacionamiento y, por qué no, un refresco o una torta frita. A lo que le podemos sumar unos $ 200 más para estos posibles gastos.
Este cálculo no incluye posibles suspensiones de estadios o sanciones disciplinarias que le impidan a los equipos llevar hinchada visitante a determinados partidos. También deja de lado a los equipos locales que eligen vender entradas solo para socios de los equipos grandes, excluyendo a quienes no forman parte de la masa social de las instituciones.
El gasto para los hinchas de los otros equipos uruguayos es considerablemente menor. Las entradas suelen tener precios más populares, sobre todo cuando juegan de visitante, ya que los locatarios suelen aprovechar cuando reciben a los grandes para cobrar un poco más caras sus entradas con el fin de obtener mejores recaudaciones.
Sumando todo, un uruguayo adicto a su equipo deberá tener cerca de unos $ 15.000 anuales destinados a ver bien de cerca a su equipo y afrontar otros gastos que implica ser un hincha incondicional. Si su equipo obtiene buenos resultados deportivos, es probable que su alegría aumente pero que su billetera se vacíe un poco más.