La trayectoria de ATMA y su vinculación con la industria del plástico está unida al desarrollo productivo del país, por eso, con 75 años de historia, esta empresa se ha convertido en pionera y líder en su estrategia de economía circular, promoviendo un uso sostenible y amigable con el medio ambiente de sus productos.
Desde principios de la década de 1990 ATMA recibe cajones y casilleros en desuso o rotos, brindando así no solo una importante solución para sus clientes, sino y fundamentalmente brindando una solución para todos, ya que de ese modo puede recuperar polietileno de alta densidad y polipropileno.
Según supo InfoNegocios por fuentes cercanas a la compañía, desde hace unos años también recibe baldes y envases y logra valorizar, actualmente, el 100% del material que recibe. “Como referencia, en 2022 se produjeron más de 100.000 baldes en material recuperado, lo que significa más de 45 toneladas de material recuperado”, señaló el vocero.
Con este tipo de iniciativas, uno de los objetivos de ATMA es apostar a lograr verter menos materia prima virgen en el mercado y para ello realiza análisis y evaluaciones constantes de sus productos para implementar estrategias de economía circular.
“La empresa continuamente está innovando en la aplicación de ecodiseño, manteniendo siempre la funcionalidad de los productos y garantizando la confianza en la materia prima utilizada”, sostuvo el ejecutivo, agregando que “una estrategia para reducir la cantidad de plástico es la de realizar cambios en el diseño de algunos artículos para reducir su peso”.
Por ejemplo, el año pasado ATMA ha logrado producir envases de hasta 2 litros y de hasta 5 litros un 35% y una 12% más livianos, respectivamente, evitando con esto volcar al mercado interno 97.000 kilos de plástico.
Otra estrategia de la compañía ha sido comenzar a utilizar packaging de material reciclado y cajones a la hora de enviar productos a sus clientes. De esta forma, las bolsas en las que empaqueta sus productos, en los casos en los que los estándares de inocuidad lo permiten, son elaboradas con material reciclado.
“En este sentido, ya desde 2019 se enviaba mercadería en cajones fabricados con materiales reciclados, llegándose a implementar un circuito de retorno, lo que permite su reutilización y extiende la vida útil del embalaje”, remarcó el vocero.
Pero hablar de sostenibilidad sin datos muchas veces parece un discurso políticamente correcto, por eso los números de ATMA impactan porque muestran que lo correcto es ir por este camino.
Por ejemplo, anualmente la compañía recupera en promedio unas 650 toneladas de materiales. De hecho, en los últimos cinco años van 3.264 toneladas de material recuperado. Otro dato no menor es el incremento del material recuperado en promedio en los últimos cinco años, que fue del 31%.
Más del 10% del volumen de producción de ATMA fue sustituido, en los últimos cinco años, por artículos con contenido reciclado. Al día de hoy, la compañía reutiliza 18.000 unidades de cajones.
Por último, de acuerdo a los volúmenes de producción, hubo 2,5 toneladas de plástico evitadas al año. Es decir, minimizar el impacto ambiental de residuos plásticos es una gestión que, como dijimos al inicio, Aunque parezca paradójico o contrario al sentido común, le toca llevar adelante con compromiso real a la industria del plástico. Solo así la economía circular puede ser efectiva y eficiente.