Sabido es que la pandemia provocó un duro golpe para la economía mundial. Comercios y fábricas del mundo entero se vieron obligadas a hacer un giro en sus modelos de negocio o, directamente, a cerrar. Sin embargo, en algunos casos excepcionales, los efectos fueron en dirección contraria. Tal parece ser el caso de la industria textil uruguaya.
InfoNegocios conversó con Susana Lago, Directora de Barsín S.A, fábrica uruguaya de productos textiles que hace desarrollos para distintas marcas. Actualmente la empresa trabaja para marcas de renombre, tales como Brixton, By Florencia, Savia, Rotunda, V Damiani y otras. A su vez, tiene producción propia que comercializa en el mercado local y también exporta a Estados Unidos y Europa.
Desde su punto de vista, durante la pandemia de Covid-19 “el mercado se volcó hacia adentro; la gente se empezó a dar cuenta de que tenemos calidad, especialmente en dos rubros que estaban devastados a nivel local: el del tejido de punto y el del cuero. Desde hace muchos años luchamos con lo chino y está la percepción de que Uruguay es caro”. A su vez, hablando del consumidor final, explica que “gente con buen poder adquisitivo no podía viajar a comprar fuera del país. Se dieron cuenta de que hay mucho diseño, cosas muy lindas que están al alcance de la mano”. En los negocios los números lo son todo y era entendible que los empresarios se preguntaran ¿por qué comprar en Uruguay si en China sale más barato? Sin embargo “se dieron cuenta de que en Uruguay hay un nicho de productos de calidad”.
La situación sanitaria mundial obligó a que el mercado recurriera a productos locales en ese momento, pero todo parece indicar que, una vez aliviados los efectos de la pandemia, la tendencia se mantuvo. Con respecto a la diferencia en las operaciones de Barsín S.A comparándolas al período pre pandemia, Susana cuenta que incrementaron en un 30 o 40%.
Además de la buena calidad encontrada a nivel local, otro aspecto no menos importante es el mínimo de compra exigido por las empresas del exterior y las formas de pago que ofrecen. “Si vos te equivocas en un artículo (cuando se decide importar), tenes en los estantes 300 prendas. En Uruguay los mínimos no tienen nada que ver y por lo tanto pueden comprar, pagar financiado, podes reponer cuando se te termina la mercadería”.
La realidad marca que cada vez hay más empresas de diseño textil en nuestro país. Diseñadoras y diseñadores jóvenes que “nacen con otra cabeza, que antes no tenían un lugar y ahora fabrican productos diferenciados”.