La regularización del teletrabajo es una iniciativa que, a la vista está, genera un gran desafío tanto para los empresarios como para los trabajadores. No es sencillo establecer pautas jurídicas y legales de cómo ordenar y controlar la productividad de los equipos, fomentar el compañerismo, generar el sentimiento de pertenencia o bien, cómo acondicionar y respetar el espacio de trabajo en los hogares.
En este sentido, la Cámara de la Economía Digital (CEDU) viene impulsando, junto a la Cámara Uruguaya de Tecnologías de la Información (CUTI), Smart Talent y Uruguay XXI, entre otras organizaciones, la regularización del teletrabajo.
De hecho, en 2019, las autoridades del gobierno saliente invitaron a todos estos actores a formar parte de una comisión de trabajo con el objetivo de diseñar esta normativa, que tendría importantes beneficios, tanto para empleados como empleadores.
Según Natalia Macri, CEO de Oferta Exportable y directiva de CEDU, “las Tecnologías de la Información (TI) permiten realizar casi la totalidad de las tareas habituales de oficina en el hogar, haciendo del teletrabajo una forma más de empleo propicia para varios rubros”, sosteniendo además que la optimización de recursos es uno de los principales beneficios de esta forma de trabajo.
La eliminación de la barrera geográfica también facilita el acceso al empleo sin importar el lugar de residencia, aspecto relevante en un país que concentra la actividad laboral en su capital. Además, el teletrabajo amplía la posibilidad de exportar servicios, resultando otra importante ventaja para las firmas y la economía uruguaya.
“La normativa debe brindar garantías a ambas partes. Cumplir las tareas asignadas en el horario acordado, estipular responsabilidades en casos de accidentes dentro de la jornada laboral, pero ocasionados en el hogar son algunos de los elementos a tener en cuenta”, agregó Macri.