Uber Eats se come todo, ahora le dice sí al cash

A poco más de dos meses de haber aterrizado en Uruguay, Uber Eats le da un giro a la inclusión financiera tradicionalmente asociada a los pagos electrónicos y, para abarcar a un mayor público, desde esta semana acepta pagos en efectivos. El cambio ya rige sólo para algunas cuentas, pero paulatinamente estará disponible para todos los usuarios de Montevideo.

Image description

Con esta variante en el sistema de pago, la plataforma amplía el horizonte y le permite a cualquier persona utilizar Uber Eats, no importa si dispone o no de una tarjeta de débito o de crédito. Así, se elimina cualquier tipo de barrera para los clientes, al tiempo que aumentan las posibilidades de ganancias tanto para los restaurantes como para los socios repartidores.

De hecho, en otras capitales latinoamericanas donde ya funciona el sistema de pago en efectivo de Uber Eats, se han incrementado los ingresos de los repartidores y han mejorado las ventas de los restaurantes, ya que crece el número de potenciales clientes.

Eso sí, con este nuevo sistema (que se selecciona en el perfil de la aplicación, en la sección Pago) hay un par de limitantes: sólo se permite un pedido en efectivo al mismo tiempo, de un máximo de 660 pesos (por seguridad del repartidor), y no se pueden solicitar bebidas alcohólicas.

Tu opinión enriquece este artículo:

El auge de la ropa vintage de lujo (dónde comprar piezas de Dior, Paco Rabanne, Kenzo, Yves Saint Laurent y otros diseñadores internacionales)

(Por Rosina De Armas) En Ciudad Vieja, las tiendas Ceibo y Reconquista se unieron para ofrecer ropa que destaca por su confección y la nobleza de los materiales. Los dueños de estos locales, Hernán Clavijo y María Pía Galvalisi, evalúan la posibilidad de abrir un nuevo espacio ante la receptividad de los clientes y el aumento de las ventas.

Los vicios del “micromanagement” (¿en tu empresa hay?)

El “micromanagement” es un estilo de liderazgo excesivamente controlador, donde los líderes supervisan en exceso el trabajo de sus colaboradores, interviniendo en cada detalle de las tareas asignadas. Este enfoque puede parecer, en principio, un intento por garantizar la calidad, pero a largo plazo, produce efectos negativos, tanto en el rendimiento como en la moral del equipo.