En la revista de la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual se cuenta la historia de las cápsulas de café, cada día más populares en todo el mundo. Hijo de un inventor agrícola, Eric Favre supo, al poco de empezar su carrera como ingeniero, de la importancia de inventar algo que se pudiera vender. Con esta idea en mente, en 1975 entró en el departamento de envasado de la sede central de Nestlé en Suiza. Por aquellos tiempos el café instantáneo causaba furor, pero lo que realmente encendió la chispa de la aventura cafetera de Favre fue su deseo de hacer que todo el mundo pudiera prepararse y disfrutar desde la comodidad del hogar del mejor expreso italiano. Luego de recorrer Italia investigando sobre la ciencia de la preparación del expreso comenzó a trabajar en una “célula de extracción que concentrara todos los sabores”. A partir de sus conocimientos de ingeniería, optó por una media esfera, a cuya base incorporó un filtro y una membrana. Poco después, diseñó una cápsula semejante a un sombrero hongo, que fue evolucionando hasta su forma actual.
Tras desempeñar un papel fundamental en la creación y comercialización de la cápsula Nespresso original, Favre fundó en 1991 su propia compañía, Monodor S.A., con sede en Suiza. Desde que obtuvo una patente por la cápsula original en 1976, hace más de 30 años, no ha dejado de innovar y perfeccionar su invento. Hasta la fecha, Monodor ha fabricado bajo licencia más de 500 millones de cápsulas.
Si nadie puede traer la cadena Starbucks quizás se animen con las Verismo
Hace unos días, Starbucks se metió en el segmento de las cafeteras portátiles y lanzó al mercado Verismo su propio sistema de máquinas de café encapsulado. En Estados Unidos cuestan alrededor de US$ 199. La caja conteniendo 12 cápsulas de café cuesta US$ 11.50. La caja con 12 “pods” de leche, sale US$ 9,95. El concepto de cápsulas fue creado por un ingeniero suizo de nombre Eric Favre que trabajó para Nestlé desarrollando la cápsula Nespresso original y en 1991 fundó su propia compañía llamada Monodor.
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