La cuestión es que aún tenemos un largo trecho por recorrer que conllevará ajustes para los reguladores, las empresas y también para los empleados.
Frente a esto, el bienestar de las personas nunca ha sido más importante. Además de los problemas de salud generados por el COVID-19, muchos se han visto afectados por el estrés y la ansiedad debido a dificultades financieras, incertidumbre laboral y aislamiento. Proporcionar herramientas flexibles que se alineen con los desafíos de la fuerza laboral de cada organización puede ayudar a las personas a afrontar y gestionar mejor sus vidas personales y a “traer” lo mejor de sí al trabajo para contribuir al negocio, tanto durante como después de la pandemia.
Sin embargo, el bienestar no es solo un programa: crear una cultura y una red que lo apoye e inyectar comportamientos de bienestar en las formas de trabajo es muy importante para el éxito organizacional. El bienestar de las personas será una de las principales prioridades para los empleadores en el futuro previsible.
Artículo adaptado de “Ocho formas de reinventar las compensaciones para el nuevo mundo”
Por:
María José Barreiro, gerente de Gestión Humana de PwC Uruguay.
Agustina Harriague, consultora de Gestión Humana de PwC Uruguay.
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