De acuerdo a un informe elaborado por Uruguay XXI, el país logró reducir ampliamente su dependencia energética —sometida históricamente a las condiciones climáticas y los combustibles fósiles— para convertirse en un país exportador neto de energía eléctrica. Esto se consiguió a partir de un incremento sin precedentes de las energías renovables en la matriz energética, que posicionó a Uruguay a la vanguardia mundial en la utilización de energías renovables.
A partir de una serie de medidas, Uruguay pasó de importar energía desde Brasil y Argentina para cubrir la demanda de energía eléctrica a ser un exportador neto. Entre 2014 y 2016 se exportaron 1.122 GWh por año, lo que representa el 9,5% del total de la electricidad generada en promedio, según indica el informe del instituto de promoción de inversiones y exportaciones.
En los últimos años, Uruguay se ha posicionado a la vanguardia mundial en la utilización de energías renovables. Prueba de esto es la participación del 62% de energías renovables en la matriz primaria, mientras que el promedio mundial es del 19%. A su vez, el país ocupa el tercer puesto global en relación al nivel de inversiones en energías renovables como porcentaje del PIB según el informe 2016 de la REN 21.
Los resultados responden a los lineamientos establecidos por la política energética uruguaya – que constituye una Política de Estado – y que ha realizado una apuesta fuerte a las energías renovables, con importantes metas de incorporación en el corto plazo y atractivas ventajas impositivas que contribuyeron al desarrollo del sector. Además, el plan de infraestructura 2015-2019 destina US$4.230 millones al sector energético.
La transformación energética experimentada por Uruguay se corresponde con la importante inversión realizada que se llevó a cabo mediante un modelo de colaboración público-privada, que ha mostrado ser exitoso y hoy es replicado por varios países que imitan el proceso uruguayo. Tanto el gobierno como los actores privados han realizado inversiones en el sector, que desde 2010 totalizan más de US$7.000 millones.
Además de contar con incentivos a la inversión, como la ley de promoción y protección de inversiones, exoneraciones tributarias o las diversas modalidades de inversión y financiamiento, Uruguay tiene una ubicación privilegiada que le otorga condiciones naturales favorables para la generación de energía solar, eólica, hidráulica y la posibilidad de oportunidades de generación a partir de la biomasa asociada a la producción agroindustrial.
Desde el punto de vista de la demanda energética, el Plan Nacional de Eficiencia Energética 2015 -2024 establece las líneas de acción necesarias para promover la disminución eficiente de la demanda energética a nivel nacional, con el fin de alcanzar una meta de energía evitada de 1.690 ktep en el período 2015 – 2024.
Tanto el Plan Nacional de Eficiencia Energética, como la Política Energética 2005 – 2030, están alineadas con el compromiso, reafirmado en la XXI Conferencia Internacional sobre Cambio Climático (COP21) de diciembre de 2015 en París, de contribuir a la mitigación de la emisión de gases de efecto invernadero.
El informe completo de Uruguay XXI se puede ver aquí.
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