Sobre la intersección de la Ruta Interbalnearia y la Ruta 101 avanza la construcción de Leyenda, un emprendimiento inédito en Uruguay: una guardería pensada exclusivamente para vehículos clásicos y de alta gama. El proyecto es impulsado por Osvaldo Pirez y un socio, quienes, motivados por una necesidad personal, decidieron crear una solución para un problema compartido por muchos entusiastas del automovilismo.
“Esto empezó porque no teníamos dónde guardar nuestros autos en buenas condiciones. Siempre había una batería descargada, una rueda desinflada o algún otro problema típico de los autos clásicos”, explicó Pirez en diálogo con InfoNegocios.
La propuesta va más allá del almacenamiento. Leyenda está pensada también como un punto de encuentro para propietarios de vehículos especiales, con espacios destinados a reuniones y actividades sociales vinculadas al mundo motor.
El edificio tiene tres niveles: en planta baja se ubican las oficinas y la recepción; en el primer piso, un salón con vista directa al garaje, que funcionará como sala de reuniones; y en la azotea, un rooftop con vista despejada hacia la pista del aeropuerto. “Queremos que sea un lugar donde la gente no solo guarde su auto, sino que también tenga ganas de venir a compartir”, señala Pirez.
Actualmente, el espacio cuenta con 500 m² de garaje, seis elevadores triples instalados (con capacidad total para hasta 39 autos) y servicios que incluyen mantenimiento preventivo, limpieza, chequeo de batería, control de niveles y neumáticos. También se ofrece guardería para motos de alta cilindrada, otro nicho con demandas similares.
Un aspecto fundamental para el nicho es la seguridad, y sobre este punto Pirez explicó que buena parte de la inversión fue para un sistema de seguridad con cámaras e inteligencia artificial aplicada.
El acceso será exclusivamente con cita previa y el protocolo de ingreso incluye lavado e inspección de cada vehículo. La tarifa estimada es de US$ 300 mensuales, con contratos anuales.
Aunque todavía no abrieron formalmente, el emprendimiento ya cuenta con clientes extranjeros, principalmente argentinos, que conocieron el proyecto por recomendaciones directas. “En Uruguay no existe nada igual. Hay algunas propuestas similares, pero ninguna que ofrezca lo que nosotros estamos armando”, asegura el empresario.
La inversión para poner en marcha el proyecto ronda los USD 700.000 y, según sus creadores, la apuesta busca resolver una necesidad funcional y también contribuir a formar comunidad entre quienes comparten la pasión por los autos clásicos.
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