De una técnica milenaria de construcción, Carolina Ugarte y Matt Bencivengo hicieron una versión mucho más moderna y armónica con su entorno, cuidando cada detalle de las cabañas -en el proceso de bioconstrucción- para que se expresen al máximo con la naturaleza. Es decir, desde las paredes curvas de barro al techo de pasto, pasando por las botellas de vidrio de colores, Bascuadé está diseñada para captar la mayor cantidad de luz solar y por lo tanto de calor, convirtiendo al lugar en un refugio cálido y confortable.
“La idea de Bascuadé, una palabra charrúa que significa levantarse, surgió hace al menos cinco años atrás, ya que tanto mi pareja como yo, soñábamos con poder hacer un emprendimiento sustentable”, dijo Ugarte a InfoNegocios, agregando que lo primero que hicieron fue ir adquiriendo el terreno para luego levantar, en cerca de 2.500 m2, las cabañas con una arquitectura muy particular.
“Se trata de cabañas de barro, caña y madera, con piedra en sus cimientos y muchos detalles en su interior en los que, de forma sencilla, se aprecia esa fusión entre lo rústico y ancestral con lo más moderno en cuanto a iluminación y confort”, remarcó Ugarte, señalando que desde el primer paso a la fecha llevan invertidos cerca de US$ 100.000 en el proyecto.
Cada cabaña de Bascuadé, dispuesta en dos plantas, cuenta con dos cómodos ambientes en los que relajarse y descansar es la premisa, tratándose de un espacio ideal, según Ugarte, “para parejas o bien familias con niños pequeños”, con precios de alojamiento por noche de $ 3.000.
“Es un refugio -indicó la creadora de Bascuadé- para dejarse llevar por la naturaleza, las aves, los cerros. A nosotros nos gusta decir que promovemos la desconexión del ritmo urbano. Es un equilibrio muy delicado intentar ser un espacio eco friendly, se ponen en balance muchas cosas, pero es nuestro aporte a esa idea de encontrar un equilibrio entre el medioambiente, lo social y lo económico”.
En suma, para quienes busquen descubrir un nuevo lugar para hacer turismo interno o simplemente para quienes deseen un baño de sol y de luna y disfrutar de un fogón en una noche estrellada, tienen que “levantarse” e ir a Bascuadé.
Tu opinión enriquece este artículo: