La propuesta del PIT-CNT de crear un nuevo impuesto del 1% al patrimonio de los sectores más ricos —que abarcaría a unas 25.000 personas y podría generar entre US$ 700 y 800 millones anuales para combatir la pobreza infantil— no convenció a la mayoría de los lectores de InfoNegocios.
En una encuesta realizada por nuestro medio, el 58,8% de los participantes respondió que no está de acuerdo con la iniciativa, frente a un 35,1% que la apoyó. El resto optó por la opción "otras", donde aparecieron matices y críticas en común: desconfianza en el uso eficiente de los fondos y reclamos por la reducción del gasto político.
Entre los comentarios recibidos se repiten ideas como que “ya existen impuestos que se mal utilizan en sostener un Estado ineficiente” o que “la clase media termina siendo la verdadera víctima de los impuestos”. Otros apuntaron que “para combatir la pobreza infantil tenemos que ajustarnos todos, empezando por la clase política, reduciendo su personal de confianza”.
También hubo quienes consideraron que el planteo es impracticable y que podría generar efectos adversos: “es populismo del peor, destruiría más valor que lo recaudado y espantaría inversores”.
Más allá de los matices, el sondeo deja claro que la propuesta despierta polémica y que, para buena parte de la audiencia, el debate no pasa solo por “cobrar más impuestos”, sino por repensar la eficiencia del gasto y el tamaño del Estado.
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