A comienzos de setiembre llegó a nuestro país Valiryo, un artefacto que se coloca en el baño y seca todo el cuerpo para que no sea necesario el uso de toallas. Si bien Martín Ezquerra, director de la empresa que comercializa la marca en Uruguay, sabe que será difícil romper con la costumbre, ya se han comercializado algunas unidades, hay una de prueba en un hotel cinco estrellas en Montevideo, y Valiryo fue furor en la feria Expo Hogar de este año. “Logramos atrapar muchísimo la atención. La gente se divertía mucho y nos contaban diferentes tipos de experiencias: llegamos a escuchar que en algunos clubes las personas se agachaban debajo del secador de manos para evitar el secado con toallas”, nos comentó.
Por este tipo de reacciones es que Ezquerra aseguró que hay mercado para este producto innovador, porque en cada lugar en donde haya una ducha, puede estar. “El comienzo es lo más costoso, pero las ventas irán creciendo exponencialmente. Vamos a pasar por un proceso similar al que pasaron el aire acondicionado o las TV planas”, dijo.
La clave para el éxito de Valiryo será el concepto de “innovar para mejorar”, porque si bien podría pensar en que es un artefacto sustituto a la toalla por capricho, el producto busca generar conciencia en la gente sobre el uso de los recursos y el cuidado del medioambiente. “Se evita el proceso de lavado y secado de toallas, los que contaminan miles de litros de agua y emiten grandes cantidades de CO2 a la atmósfera”, comentó.
Por supuesto que también se busca un ahorro económico, porque aunque Valiryo utiliza la electricidad para funcionar, las toallas necesitan de un lavarropas, secarropas, detergentes y suavizantes. Según indicó Ezquerra, en el caso de los hoteles, gimnasios, residenciales y spas, también se usan blanqueadores, neutralizantes, fortificadores y hay un equipo específico dedicado a la gestión de toallas y recambio de stock. “Valiryo puede llegar a ser hasta un 97% más barato que usar toallas. De acuerdo a algunas encuestas realizadas, el ahorro puede ir desde los $ 41.000 en hoteles de 20 habitaciones hasta los $ 142.000 en hoteles de 100 habitaciones”, explicó el director.
Ezquerra confía en que no solamente el consumidor individual terminará optando por esta innovación, sino también hoteles y clubes, que serían clientes muy importantes para el negocio. Se trata de un artefacto que cuesta US$ 2.100 + IVA, pero las empresas logran descontar un 28,89% de la inversión por tratarse de un producto ecológico, según los beneficios de la Ley 16.906.
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