A priori, si a uno le dicen que en apenas unas cuatro manzanas entre los barrios de Ciudad Vieja y el Centro se ubican edificios como el de Presidencia de la República, el Teatro Solís, el Banco de Desarrollo de América Latina y Cinemateca Uruguaya, entre otros, pensaría que esas calles están repletas de cafeterías en cuyas mesas se verían ejecutivos de traje apurando un cortado con medialunas y bohemios de libros en mano sin apuro de terminar su copa de vermut.
Pero lo cierto es que, más allá de algunos bares ya clásicos –como Santa Catalina, La Ronda o Tasende–, no había en la zona una cafetería que invitara a desconectar un poco del ritmo acelerado y disfrutar de un momento de serenidad. Esto sin duda es lo que supieron ver Valeria Noble y Leandro Tritten, quienes hace cerca de un mes abrieron las puertas de Pausat.
“La idea podía parecer un poco arriesgada al principio, porque hay bares en el barrio y todos tienen mucha historia, con comensales de toda la vida y otros que se acercan porque los clásicos tienen eso… Todos queremos una foto en un bar clásico e histórico”, dijo Noble a InfoNegocios, agregando que fue esto mismo lo que los impulsó a ella y Tritten a dar el paso.
“Vimos que ninguno tenía la característica que estábamos buscando darle a nuestro proyecto, que es una cafetería de especialidad, con la elaboración en el lugar de pan de masa madre y una carta muy variada de dulces y almuerzos con menús de estacionalidad”, sostuvo la socia directora de Pausat, nombre que según indicó significa “pausado” en catalán.
“Otra característica que buscamos imprimir al lugar es la de revalorizar, de algún modo, ese espacio tradicional de las panaderías, que mezclado con las líneas suaves y los colores pastel del salón, con su arquitectura amplia y abierta, de muchísima luz natural, refleja nuestra esencia y nuestro nombre”, dijo Noble.
Un punto interesante de Pausat, que tiene 190 m2 y lugar para más de 30 comensales, es que se encuentra en la planta baja del edificio Alma Duç, un proyecto cuya primicia de construcción dimos en InfoNegocios en febrero de 2021 y fue llevado adelante por la desarrolladora internacional Ixou, en la que participó el arquitecto español Carlos Ferrater y se invirtieron US$ 27 millones.
“Nosotros estrenamos el espacio, estaba completamente vacío y eso nos permitió dar nuestra impronta. Invertimos en todo más de 150.000 dólares y el resultado nos tiene muy felices”, dijo Noble, agregando que Alma Duç tiene 70 oficinas y que mucha gente que está disfrutando y dando a conocer Pausat es la que a diario pasa por allí.
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