Marta Ochoa, directora ejecutiva de ALIANZA para Latinoamérica, explicó que Uruguay conjuga dos realidades que lo vuelven particularmente sensible a la piratería. Una es la fuerte penetración que tiene Internet y la alta velocidad de bajada, que facilita el acceso a descargas ilegales. De hecho, los uruguayos están considerados como los mayores piratas del continente, ya que se estima que de los 2 millones de usuarios locales de Internet que tiene el país, 1.770.000 (el 88%) descargó contenidos ilegales.
El segundo aspecto, es que Uruguay es el principal punto de ingreso a la región de los equipos FTA, los receptores satelitales que descifran ilegalmente las señales de TV paga. Lo que agudiza esta problemática, es la dificultad de las autoridades para detener este delito. “Lo más relevante de la piratería actual no es el puestito de la feria. Lo oferta delictiva hoy está en las redes. El mercado potencial son 6.000 millones de personas, está al alcance de todos y se desarrolla cada vez con mayor intensidad”, afirmó en su presentación Mario Spangenberg, profesor agregado grado 4 de Derecho Penal en la Universidad Católica.
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