Feriantes sorprendidos porque no hay un mango.
A pesar de que en esta época del año las ventas normalmente bajan, este invierno los feriantes vecinales están preocupados porque según reconocen “no hay un mango” en la calle. La cosa se agrava con los días fríos y húmedos porque los principales clientes son personas mayores que pueden ir a la feria entre semana de 8 a 13. Muchos se la rebuscan llevando el pedido a los domicilios pero a la hora de pagar se encuentran con un “después te lo pago”.
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