Si bien en mercados europeos o norteamericanos ya cuentan con publicidad en medios masivos y compiten de igual a igual con las toallas sanitarias, hasta hace algunos años poco o nada se sabía en Uruguay sobre la copa menstrual y aún hoy hay mujeres que no conocen este producto. Sin embargo, Carolina Michelena las conoció en Argentina por el 2016 y su sentido emprendedor le sugirió que sería una buena idea fabricar un producto así en Uruguay.
Su investigación le mostró que el mercado local tenía un gran potencial pero no encontró una empresa que pudiera fabricarlas debido a que se necesita maquinaria especial que no existe en nuestro país. Por esta razón decidió buscar fabricantes en Argentina y dió con uno que además colaboró en el diseño de la copa menstrual. “Ahí se me abrió una nueva perspectiva, porque en vez de una copa standard quería hacer algo diseñado de cero, que considerara todo lo que las mujeres necesitaban”, dice Carolina a InfoNegocios.
Con eso en mente llevó adelante un estudio de mercado del que obtuvo mucha información para fabricar la primera matriz (que costó “miles de dólares”) y llegar al diseño final, único en el mundo, bajo el nombre de Evaluna. “Tiene un diseño que se llama helicoidal, con un contorno que gira sobre su eje. Encontramos que lo que al principio era solo un atributo estético, al final se transformó en un atributo que le da una mejor funcionalidad, porque la forma hace que se abra mucho más fácil en el canal vaginal, es una forma más anatómica que se adapta a las irregularidades que pueda tener el cuerpo de la mujer”.
Las copas menstruales de Evaluna son fabricadas en Buenos Aires (por el mismo fabricante de dos marcas argentinas) y enviado a Uruguay, donde se envasa y comercializa. “Aunque la copa es fabricada allá, el producto es uruguayo porque la mayoría de los elementos que componen el producto final son locales. La copa es una parte y viene de afuera, pero hay otro montón de cosas que componen ese producto que son uruguayos”.
Actualmente cada copa menstrual se comercializa a $1490, viene en tres talles y ya se han vendido unas 4000 unidades. “Es un producto de baja rotación porque dura años y hemos logrado posicionar muy bien la marca entre las clientas, los comentarios son positivos”.
Como parte de la estrategia, la marca está realizando acuerdos con la Intendencia de Montevideo para masificar el consumo y concientizar sobre los beneficios de la copa menstrual. “Mi idea inicial era orientar esto hacia lo social porque entiendo que es una ventaja enorme para cierta población de mujeres que es vulnerable económicamente, porque gastás una vez y te dura años. Por eso, desde que empezamos estoy en charlas con algunos diputados y con el Mides para ver cómo incorporar el producto a las canastas. Ahora se logró que en la división de género de la IM saliera un proyecto de entrega de copas menstruales, nos eligieron a nosotros, ya entregamos 500 y ahora se viene otra entrega”.
Como en todo negocio prometedor, no demoran en llegar competidores. Sin embargo, algo preocupante en el sector es la aparición de copas menstruales que se comercializan sin las debidas habilitaciones. “Hoy somos tres empresas habilitadas en Uruguay por el MSP, pero están ingresando marcas de Argentina sin habilitación que se venden por Mercado Libre y son una competencia compleja, porque se venden más baratas y sin ninguna garantía”.
De cara al futuro, Carolina quiere que el producto llegue a toda la población, principalmente de bajos recursos, y que esté en policlínicas de forma accesible como un producto básico y esencial. “Las mujeres no eligen menstruar y en ese contexto de vulnerabilidad es un problema”, remata. Además, no descarta la posibilidad de ampliar el mercado de Evaluna y empezar a operar también en Argentina.
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