En la guerra de las patentes “facturar” es la cuestión.
El miércoles comenzaron en Montevideo las fiscalizaciones de los autos que circulan por la ciudad y están empadronados en el interior. Uno de los piquetes establecidos en Pocitos se hizo un festín. Consultado uno de los inspectores de Tránsito sobre su percepción de la medida fue concluyente: “como casi todo lo que hacemos en Tránsito, esto tiene una verdadera explicación y es recaudar”. A confesión de parte, relevo de pruebas, dicen los abogados. Sin embargo, el funcionario municipal no nos confirmó ni desmintió las versiones de prensa que indican que un 35% de la multa les corresponde a los inspectores. De confirmarse, el cálculo es simple: un auto del 2008 o 2009 del interior que pague unos $40.000 en Montevideo (valor de la multa idéntica al 100% del valor correspondiente de la patente en la capital) al inspector le tocarían unos $14.000 para su bolsillo. Lo que seguramente se preguntarán los multados es si ese “sobresueldo” no podría rebajarse del costo de la patente.
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