El monto de inversión es de US$ 50 mil e incluye el desarrollo del proyecto, plan de negocios y marketing. El servicio es personalizado donde se entrenan los sentidos, las emociones, el cuerpo y la mente de forma integral. La selección uruguaya de rugby ya lo ha probado al igual que el basquetbolista Martín Osimani. Sus defensores aseguran que este entrenamiento permite a todas las personas desarrollar capacidades para poder tomar decisiones, concentrarse, responder a estímulos y manejar el estrés eficazmente.
El modelo de negocio ofrecido por Ácumen requiere de una baja inversión inicial, ya que se instalan en clubes o gimnasios que ya funcionan. Los equipos necesarios para el entrenamiento mediante estímulos físicos, conjuntivos y sensoriales son menos costosos que los de fitness.
En Argentina, Ácumen cuenta actualmente con centros dentro del Club Ciudad de Buenos Aires, en Núñez, y del Club Estudiantes de La Plata, en la capital bonaerense.
Entre los próximos planes de la compañía se encuentra la apertura de una franquicia en la ciudad de León, en México; la expansión de centros en el cono sur de América; y planean llegar a Europa.
El “bocho” también se entrena. Ácumen abrirá en febrero su primer centro en Uruguay
Mantener la concentración, competir bajo presión o enfocarse en un objetivo son armas fundamentales para el entrenamiento de alta competencia, y a la hora de los resultados suelen ser tan o más importantes que el talento, la fortaleza física o la buena técnica. Esto, que también se entrena, está profesionalizándose en Uruguay. Desde el año que viene comenzará a funcionar en Montevideo una filial de Ácumen, una firma de origen argentino, especializada en centros de entrenamiento visual, físico y mental. Estará instalado en el Estadio Charrúa, que gestiona la Unión de Rugby del Uruguay, y contará con unos 300 metros cuadrados.
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