Compro si aumentás el precio.
“Lo barato sale caro” seguramente pensó un grupo de inversores extranjeros que estuvo a punto de quedarse con un shopping del interior del país. El mall tenía colgado el cartelito de venta por US$ 4 millones y los inversores, que tienen una billetera muy grande, habían autorizado comprar por más de US$ 5 millones. ¿Aumentaron el precio? No, y el negocio se cayó. Todavía el broker inmobiliario que estaba negociando se debe de estar preguntando qué fue lo que pasó.
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