Puerto Viejo (Costa Rica)

Un lugar donde los días transcurren contando las olas bajo las palmeras, donde la vegetación disputa la arena con el mar y las noches se disfrutan bajo las estrellas al ritmo del “reggae”.

Texto: Mariana Minervini y Federico Piccone // El Galeón
Fotografías: gentileza Instituto Costarricense de Turismo.

Luego de un largo viaje, el avión abrió sus puertas para dar lugar a un calor abrasador que anticipaba el clima caribeño que viviríamos en San José, capital de la República de Costa Rica. Esta fue la primera parada antes de emprender nuestra aventura hacia su costa atlántica y, específicamente, hacia Puerto Viejo, un destino que nos prometía playas multicolores, desiertas y vírgenes; aguas cristalinas; selva tropical exuberante; flora y fauna interesante; parques nacionales espléndidos; ríos y riachuelos claros y encantadores bosques. Todo en un ambiente de exótica aventura.
Tras una breve estadía en la pintoresca capital de San José, decidimos conocer el Caribe sur, que nos ofrecía turismo aventura y contacto con la naturaleza. Por lo tanto, alquilamos un auto y recorrimos el único corredor turístico que permite atravesar de punta a punta el país en sólo cinco horas y disfrutar del amanecer, en las playas del Atlántico, y del atardecer, en las del Pacífico. Al avanzar hacia Puerto Viejo, el camino nos regaló la posibilidad de ir adentrándonos en la selva tropical, disfrutar de su vegetación, sus formaciones montañosas, sus sucesivas plantaciones de bananas y del Parque Nacional Cahuita, ubicado sobre la costa y al que se puede acceder sólo a pie.
Nos sorprendió descubrir allí que un 30 por ciento del territorio de Costa Rica está ocupado por zonas protegidas -el porcentaje más alto en el mundo- debido a sus únicas bellezas naturales. En este Parque se pueden realizar caminatas, nadar, bucear, observar su biodiversidad de especies, tomar sol, practicar el voleibol de playa o simplemente relajarse y contemplar el maravilloso paisaje.

Al ritmo del “reggae”

El poblado de Puerto Viejo, uno de los más grandes de la región, nos recibió con sus colores afrocaribeños y el ritmo de la música reggae, como característica singular de su pueblo. Asentado sobre un cabo de la provincia de Limón y compuesto principalmente por plataformas coralíferas, sus playas de blanca y fina arena con un mar de color azul turquesa lo convierten en un rincón del mundo exquisito. Resulta delicioso levantarse en la mañana para escuchar los sonidos de la naturaleza y avistar bandadas de aves al comenzar el día u observar a los osos perezosos que, lentamente, deciden bajar de las copas de los árboles.
Sus atractivas playas tienen nombres de alguna persona o empresa conocida que sirve de referencia. De esta forma, la playa que se ubica frente al restaurante Standford´s se la denomina de ese modo. Es también característica de la zona sur la famosa “ola Salsa Brava”, en el lugar llamado Punta Pirripli, uno de los mejores en toda la costa caribeña para surfear. Allí se organizan torneos de este deporte a nivel internacional.
Uno de los primeros paseos que realizamos fue cercano a las playas de Puerto Viejo. Allí nos adentramos en el cauce de un río que desciende desde la montaña y desemboca en el mar. Una completa aventura al interior de la selva, donde la vegetación forma una especie de túnel donde pudimos observar variedades infinitas de especies: loros, tucanes, mariposas multicolores, monos, perezosos, ardillas, insectos… sin dejar de lado a plantas cuyos colores intensos -naranja, fucsia, amarillo- invaden todos los espacios.
Por las noches, solíamos recorrer las pocas callecitas principales del pueblo para degustar los platos de la región. Generalmente, los dueños de restaurantes son europeos que visitaron la zona y se enamoraron del lugar. Allí tuvimos la oportunidad de comer un plato típico nacional, conocido como gallo pinto, que se consume en todo el país y está elaborado con arroz, frijoles y, opcionalmente, huevos revueltos. También pudimos beber el conocido guaro, un tipo de ron característico de la región.

Excursiones exóticas

Punta Uva resultó uno de los sitios más interesantes. Recorrimos tres kilómetros de la provincia de Limón para llegar a este paraje con playas calmas y arena de un color blanco intenso. Unas palmeritas en medio de la playa convertían al lugar en una postal.
Esta pequeña porción insular nos invitó al descanso y al relax. En la isla hay un pequeño negocio donde nos ofrecieron comer langosta. Tras esperar un tiempo, vimos a lo lejos que se acercaba un pescador con su canoa y traía en su canasta un montón de langostas vivas. Nos pidió que eligiéramos una y ahí mismo la partieron en la mitad y la tiraron arriba de la sartén con manteca y un poco de sal. Un manjar exquisito.
Luego, decidimos aventurarnos al mar, ya que en la zona se realizan excursiones para observar delfines, tiburones y tortugas. Llegamos a un islote donde sólo había una hostería muy sencilla: camas con tela mosquitera, comedor y hamacas paraguayas. Allí, los naturistas comen los frutos que recogen de la naturaleza y cultivan sus propias huertas. Después, realizamos una excursión río adentro, por la selva, donde tomamos un baño de barro muy especial.
Tras siete días intensos en la zona de Puerto Viejo, nos quedó en el recuerdo la alegría de haber conocido a un pueblo amable y cordial, donde puertas y ventanas están abiertas para poder disfrutar y observar de su verde y exuberante naturaleza.

DATOS ÚTILES

La mejor época para ir:
Temporada seca: fines de diciembre a mediados de abril.
Requisitos migratorios:
Los ciudadanos argentinos pueden permanecer por 90 días en Costa Rica sin visa.
Paseos:
Tours típicos de turismo aventura. Visitas a parques nacionales y/o reservas naturales: observación de aves y animales salvajes en su hábitat, caminatas guiadas por la selva, snorkeling, kayak, pesca deportiva, cabalgatas.
Compras:
Artesanías (desde la réplica de objetos precolombinos o la carreta tradicional costarricense hasta modernos y elegantes diseños). Tallas en madera y arcilla, objetos de cerámica, artículos de cuero, joyería y canastas.
Comidas:
El plato gallo pinto (está elaborado con arroz, frijoles y, opcionalmente, huevos revueltos). Bebida: guaro, un tipo de ron característico de la región.
Alojamiento:
Hosterías y bungalows para cuatro personas.
Hotel Las Palmas (Puerto Viejo): habitación doble, desayuno incluido.

CONSEJOS Y CURIOSIDADES

- El idioma oficial es el español y la moneda, el colón.
- Este país tiene el único cerro en América desde donde se puede observar simultáneamente el Atlántico y el Pacífico.
- Costa Rica posee el cinco por ciento del total de las especies de flora y fauna del planeta. Solamente entre las orquídeas, se pueden encontrar más de dos mil especies. Entre las aves que se pueden distinguir se halla el quetzal, pájaro de plumaje muy colorido.
- Las playas que se extienden hacia el Pacífico son de arenas más oscuras que las del Caribe.

CONTACTOS

Código de área telefónico:
506
Hospital de Urgencias:
Tel. (506) 771-3484
Emergencias y Policía:
911
Internet:
www.visitecostarica.com

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