Río Grande es la ciudad industrial por excelencia en Tierra del Fuego, la gran mayoría de las fábricas están radicadas aquí. El clima es frío (qué más se puede esperar) y llegar es como ingresar en una nuba, la bruma es permanente y hace que las calles y veredas estén todo el tiempo mojadas y barrosas. Se muestra como una ciudad en continuo crecimiento, de movimiento permanente ya que sus industrias trabajan, en muchos casos, las 24 horas. El últimos censo indica que tiene algo así como 55.000 habitantes, pero quienes viven aquí afirman que ya son más de 80.000 los radicados aquí.
Como para contrarrestar lo gris de la permanente bruma invernal, todo el mobiliario urbano es sumamente colorido, matices que se suman a los techos a dos aguas de todas las construcciones (para que la nieve se deslice y no se acumule) que también le ponen otros tonos a las calles.
Acompañados por Alejandro Mayoral, presidente de Afarte, la primera fábrica que visitamos es la de Brighstar, allí nos recibió Hugo Bonifacini, gerente de relaciones gubernamentales e institucionales junto a Lorena Reatti, directora de marketing para Sudamérica.
Brighstar cuenta con tres plantas en Río Grande, en una produce notebooks, netbooks y tablets para Samsung, en otra los celulares para la misma empresa y en la tercera los celulares de LG, Motorola, HTC y BlackBerry.
En la conversación con los periodistas abundan los números, llueven números (sobre los cuales ya estaremos dando cuenta) y desde luego el primer tema que surge es: ¿aquí se fabrica o se ensambla? Y gran parte de la charla está relacionada con responder esta pregunta. La respuesta tanto de Afarte como desde la misma empresa se basa en que de acuerdo a la Resolución oficial 245/09 hay determinadas pautas y procesos que las empresas deben cumplir para poder fabricar bajo el régimen de promoción industrial que los exime de pagar impuestos internos y el IVA.
Relatan que cuando aparece un nuevo modelo de dispositivo de una marca X (ya que esta mecánica vale tanto para celulares, como notebooks, tablets, televisores, aire acondicionados, etc) la empresa que pretende producirlo aquí le presenta un completo despiece tanto a la marca y una vez aprobado por ésta, a la comisión aduanera que tras un doble proceso de investigación aprueba (o no) la fabricación de dicho dispositivo bajo el régimen de promoción.
Luego el fabricante local acuerda con la marca X quienes serán los proveedores de cada una de las partes necesarias para la fabricación. Allí está uno de los temas cruciales, ya que para cada componente (de un celular por ejemplo) no hay más de dos o tres fabricantes en el mundo que proveen a todas las fábricas ya sea que éstas se encuentren en China, Malasia, Brasil, México o Argentina. La norma permite que esos componentes sean importados entonces, en cambio todo aquello relacionado con packaging (cajas de productos, manuales, bolsas, separadores, etc.) debe ser de producción local.
En el imaginario queda entonces flotando la sensación de que aquí llegan los equipos desarmados en 3 o 4 partes y que después de un par de clac clac, el dispositivo está listo para ser embalado. La realidad que presenciamos tanto en las líneas de producción de Samsung (donde vimos como se arma un Galaxy S4) como en las de Motorola (armando los Razr i, D1 Tv y D3) es que aquí llegan hasta 60 partes distintas que luego forman cada celular. Es una tarea manual (absolutamente asistida por herramientas muy específicas) que incluye el montaje en la placa base de cada equipo de la pantalla, el touch screen, los parlantes, el micrófono, los conectores, las cámaras, el flash, milimétricos separadores plásticos que llevan dentro y hasta las pequeñas calcomanías “marcas de agua” que todos los equipos llevan adentro para determinar si les ha entrado humedad. Para describir el grado de detalle con el cual se trabaja aquí vale imaginar a tu teléfono desarmado en 50 o 60 partes para luego volver a armarlo.
Tanto desde Afarte como desde Brighstar afirman que el ensamblado es una forma de fabricación y que si bien los equipos aquí se ensamblan, el proceso es exactamente el mismo que se realiza en cualquier otra fábrica que produzca el mismo modelo en otro lugar del mundo, ya que los procesos vienen estandarizados por cada marca. Se hizo especial incapié en que los componentes que se usan también son los mismos para todas las fábricas en todo el mundo y que así un Samsung Galaxy S4 o un BlackBerry Z10 (que estará comenzando a fabricarse aquí en semanas) producido en Río Grande es idéntico a uno fabricado en Corea, China o Canadá.
En definitiva lo que presenciamos es que efectivamente aquí se ensambla, pero partiendo de un nivel de despiece tan minúsculo que asombra y es por eso que en cada línea de montaje participan entre 30 y 50 personas.
Tenemos que seguir el recorrido por Río Grande y Ushuaia, pero prometo reflejar en días sucesivos más de lo visto y oído y por supuesto, un gran detalle de números.
Tierra del Fuego muestra sus números y sus fábricas
(Eduardo Aguirre - @EduAguirre) Invitados por la Asociación de Fábricas Argentinas de Terminales de Electrónica (Afarte), un grupo de periodistas conformado en su mayoría por colegas de Buenos Aires y quien suscribe como único representante del interior, estamos recorriendo las fábricas de Tierra del Fuego para conocer su realidad. Comenzamos por Brighstar, la empresa que trabaja para Samsung, Motorola, LG y BlackBerry.
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