¿Cómo y cuándo iniciaste tu carrera en los medios de comunicación?
Arranqué a los 17 años. Desde que estaba en el colegio escribía poemas, canciones y obras de teatro en las que yo siempre era la protagonista, todo esto sin saber nada. Cuando había que decidir qué estudiar, yo sabía que quería ser periodista y empecé a escribir notas a mano, porque no tenía una máquina de escribir. Mi vieja me quería mandar a laburar a una fábrica y yo le dije que no, que iba a ser periodista, famosa y salir en la tele. Claro que no apostaban un mango por mí.
¿Cuál fue tu primer trabajo?
En el Semanario Brecha, no me preguntes por qué, pero siempre pasaba caminando por ahí, entonces un día entré y pregunté si precisaban periodistas. Me dijeron que no, pero que dejara mi currículum, y ahí les dije que no había estudiado pero que quería ser periodista y escribía bien. Guillermo González, periodista ya fallecido, pasó justo por ahí y escuchó la conversación. Me hizo pasar y me preguntó qué tipo de periodismo me gustaba más. Le dije que me gustaba el fútbol y que no veía muchas mujeres que fueran periodistas deportivas, así que mi primera nota fue sobre la participación de las mujeres en el fútbol. Ahí empecé a escribir notas puntuales en el semanario y él me iba dando temas para manejar, no sé si porque realmente le gustaba cómo escribía o si porque le di lástima. (Risas).
De ahí en más no paraste…
No, de ahí me fui a La República, en donde empecé a escribir en la sección cultural. Luego tuve una columna en La República Sports y al mismo tiempo me puse a trabajar en un diario local del Cerro, que me llevó a conocer a los jugadores de aquel equipo, entre ellos a quien ahora es mi marido. Luego me fui al diario La Noche, de ahí a Cerro Rural, con el que comencé a viajar por el interior hasta que conocí a Villanueva Saravia, un intendente blanco que fue asesinado. Él me puso como dueña del noticiero de Canal 12 de Melo y ahí me mudé a Cerro Largo con mi familia.
¿Ahí comenzó tu relación con el mundo de la política?
Sí, ahí me enamoré de la historia del Partido Nacional; aunque vengo de una familia frenteamplista, mi base de vida, de familia, de todo, está ahí.
Sin embargo, Villanueva muere…
Sí, cuando falleció me volví a Montevideo con una mano atrás y otra adelante, y desde ahí aprendí a no quedarme nunca con un solo trabajo. Ahí me fui a trabajar a Canelones, en donde empecé a manejar la parte de turismo y eso me llevó a conocer a Arnaldo Nardone, quien a su vez era el gerente de Marketing del Hotel Radisson, de donde terminé siendo jefa de Prensa por nueve años, aunque también podía mantener mis asuntos políticos. Ahí en el Radisson aprendí muchísimo y conocí a grandes figuras como Hugo Chávez, Evo Morales, George Bush y hasta los Reyes de España. En definitiva, fui creciendo y siempre traté —después de lo de Villanueva —de no quedarme solo con una cosa, sino diversificar y no hacerle asco a nada.
¿Esa actitud te llevó a donde estás hoy?
Creo que sí. Yo en ningún momento me sentí empresaria, ni me siento así ahora. Antes me daba vergüenza que los periodistas supieran que yo cobraba por las notas de difusión que ellos hacían. En realidad ahí no sabía que había empresas que se dedican a eso, eran otros tiempos. Ahora sí es muy común.
¿Cuál es la tarea que desempeñás hoy?
Además de tener socios estratégicos en el exterior, me encargo del manejo de prensa, contenidos y eventos de diversas empresas y figuras políticas.
¿Cómo cuáles?
Le manejo la comunicación a la Facultad de Ciencias, Círculo Católico, Abitab, Katoen Natie, Consulado de Australia, Sindicato Anestésico Quirúrgico, Federación de Cooperativas de Viviendas Sindicales, Amaszonas, y a las Intendencias de Florida y Lavalleja. Además, trabajo con Arnaldo Nardone, Verónica Alonso, Marcelo Abdala, Carlos Enciso y Adriana Peña. Anteriormente trabajé en etapas puntuales con Rodolfo Nin Novoa, Óscar de los Santos, “Pacha” Sánchez, Luis Lacalle Pou y Adrián Peña.
¿Cómo es la relación con tus clientes?
He ligado con muchas empresas que —como a mí —les gusta relacionarse de manera familiar. Eso me pasa, por ejemplo, en el caso de Amaszonas, en donde soy jefa de Prensa. Esa es la diferencia entre ser una agencia de comunicación y ser una persona, el relacionamiento se torna familiar y cercano.
¿En qué momento abriste Comunicación Sur?
En realidad la empresa surge cuando con mi marido, Omar, ganamos un proyecto de UTE. Ahí la abrimos para poder facturar. Siempre fue Comunicación Sur, pero el relacionamiento es Noelia Franco, por eso me ha costado instalar el nombre.
¿A qué apuntan?
No aspiramos a ser una empresa de prensa, no queremos la rigidez de una agencia tradicional, nosotros apostamos a una gran “Comunidad de Comunicación”. Esto significa que queremos utilizar mi know how, todo lo que aprendí durante este tiempo para que lo puedan usar otras personas que trabajan en los medios. No queremos limitarnos a buscar pasantes, sino que queremos darle vida a la gente que ya trabaja en los medios, y que puedan trabajar también desde acá. La idea es generar un espacio de trabajo que integre a fotógrafos, camarógrafos y periodistas del medio que están sin trabajo o que quieren ampliar sus horizontes.
¿Cómo es tu relación con los periodistas?
Yo tengo todo lo que tengo porque los periodistas confían en mí y en mis comunicados, porque hacen preguntas, se interesan y se preocupan por cubrir los temas que manejamos. Mi vida me fue llevando a conocer a muchos periodistas, eso no fue planificado sino que se fue dando y creo que lo que les puede gustar de mí es que yo nunca me olvido de dónde vengo. La mayoría de los periodistas de hoy me vieron empezar de abajo con 20 años, muchos de los jefes de redacción que están hoy empezaron conmigo. Entonces creo que lo que ellos ven es que para mí el éxito siempre estuvo en priorizar la relación con el periodista, no me peleo jamás con ellos, ni por una empresa ni por un candidato político, y eso mis clientes lo saben bien.
¿Por qué utilizar la empresa Comunicación Sur si te conocen más que nada por tu nombre?
Noelia Franco va a seguir siendo Noelia Franco, pero en todos estos años he generado contactos y trabajo con gente tanto de Uruguay como del exterior, entonces busco darle una formalidad. Yo no quiero ser millonaria, ya tengo mi casa y mi auto y no preciso más que eso para vivir. Me encantan las cosas complicadas, los desafíos y ahora puedo elegir con quién trabajar. El otro día subimos a las redes el logo de la empresa y tuvo un impacto que no podemos creer: tuvo casi 50.000 visualizaciones en Twitter. Entonces, la idea es que además de seguir estando yo, podamos generar todo este espacio colectivo.
Comunicación Sur tiene varias unidades, la empresa potencia la organización de congresos y eventos. En este momento organizamos dos congresos regionales, el II Congreso Regional de Destinos y I Congreso de Riesgos Naturales. Otra área que cobra vital importancia es la unidad de contenidos y redes, donde a partir de trabajar con los influencers Yao Cabrera y Fabri Lemus de Dos Bros, ingresé en un mundo que no conocía pero que quiero entrar, porque es el mundo de mis hijas. Si bien hace seis años me desvinculé de la política partidaria, me siento blanca, “de los blancos de Villanueva Saravia”. No obstante, me siento muy cómoda trabajando con gente de izquierda.
¿Cómo haces para que no se choquen los intereses de uno y otro?
El secreto es no filtrar información, ese ha sido el secreto.
¿Te piden exclusividad?
No, pero hay exclusividades lógicas.
¿Por ejemplo cuáles?
Cuando son empresas del mismo rubro o que compiten directamente entre sí: por ejemplo, si estoy en Amaszonas no puedo estar en otra aerolínea, o si estoy en el Círculo Católico no puedo tener otra sociedad, o si estás en una empresa de celulares no deberías estar en la otra. Creo que eso es lógico, así como también creo que cuando te vienen a buscar tienen que confiar en lo que uno hace, si no es imposible.
¿Te ha perjudicado tu acercamiento a la política en el trato con algunas empresas?
No. Igualmente no me arrepiento de nada en mi vida, porque lo que aprendí con todos me ha servido. El tema es que el mundo cambió, los límites se corrieron y el que no entienda eso en comunicación va frito, ¿qué mejor para un político que tener una visión de afuera? ¿Alguien que opine diferente? Yo creo que es muy válido y provechoso cuando alguien te da la visión de afuera. Aunque piense diferente, yo les trabajo a todos por igual y me pongo la camiseta por todos, a veces hasta demasiado. Noelia Franco no puede sacarse la camiseta de para quién trabaja, si yo decido trabajar con alguien lo voy a defender a muerte aunque implique no dormir.
¿El hecho de que te pongas la camiseta de todos por igual no te ha perjudicado?
Por suerte no me ha tocado vivir instancias en las que figuras políticas de diferentes partidos a quienes les trabajo choquen con los temas. Yo me cuido en la comunicación, el que me contrata sabe con quiénes estoy trabajando. Noelia Franco no tiene por qué dejar de ser Noelia Franco y a mí no me da vergüenza decir que trabajo en determinada campaña. Cuando me vienen a buscar saben cómo soy y así me aceptan. El secreto acá es la sinceridad, a veces me paso para el otro lado por bruta, pero creo que hasta ahora eso me ha beneficiado.
¿Tenés requisitos a la hora de agarrar un nuevo cliente?
Sí, no le digo a todos que sí. Hay gente a la que no le trabajo.
¿Por qué?
Porque están en jodas, o porque son violentos con sus mujeres o porque tienen alguna denuncia que no se pueda defender. Yo les tengo que creer, porque si no les creo, no puedo. Me halaga mucho cuando me vienen a buscar, ese ya es un punto a favor, después tenés que calificar, pero el requisito que yo pongo es que no me peleo con un periodista por una empresa ni por nada.
¿Cuál es tu opinión acerca del “periodista de cancha” frente al periodista que se graduó de la universidad?
Yo trato de recibirlos a todos de la misma manera. Creo que los periodistas de otros tiempos, los que no tienen formación académica, tienen mucha cancha y a esos no hay manera de ganarles. Sin embargo, creo que los periodistas que estudiaron tienen otra cabeza y eso es algo que admiro. Eso de renunciar a grandes medios o a grandes trabajos para irse de viaje por el mundo, o buscar un ambiente mejor o proyectos propios. Nosotros no renunciábamos a esos trabajos, pero sé que el mundo cambió y uno tiene que adaptarse a las nuevas generaciones. Yo quiero que mis hijas estudien, que mi equipo estudie y que todo el mundo lo haga, pero creo que a veces la calle te da muchas herramientas para defenderte.
Sobre Desarrollo Estrellas del Sur. Las entrevistas de InfoNegocios se realizan en un apartamento de la primera torre del Desarrollo, que fue entregada en diciembre del 2015. El Desarrollo de Campiglia consta de dos torres de 12 y 25 pisos, y de un edificio de cuatro pisos al cual se ingresa por la calle Isla de Flores. Los apartamentos de Estrellas del Sur Torre 25, se entregarán en diciembre de este año, y cuenta con unidades de 1 y 2 dormitorios, placares en dormitorios y aire instalado en el living. La última etapa de este proyecto se entregará en junio de 2018. Estrellas del Sur está a cuadras de la rambla y minutos del Centro y Ciudad Vieja. Cuenta con vistas panorámicas a la bahía y a la ciudad, además de tener una plaza privada de más de 2.100 metros cuadrados con espacio de deporte para adultos y espacios recreativos para niños. Además cuenta con seguridad las 24 horas, acceso electrónico, CCTV y servicio de lavadero tercerizado.
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