Las buenas condiciones climáticas junto a un buen estado de los suelos –desde el punto de vista hídrico– permitieron en 2024 una producción cercana a tres millones de toneladas de soja, cifra que quintuplica lo obtenido en la temporada 2022-2023, afectada por el déficit de agua. Esta producción permitió que Uruguay alcanzara un total de 1.199 millones de dólares, el segundo mayor registro que obtuviera la soja en la última década.
Este escenario, sin duda, hace que compañías químicas como BASF, que en Uruguay tiene presencia hace 70 años, siendo un socio estratégico para los agricultores, piense y desarrolle productos pensando como ellos, compartiendo sus desafíos y trabajando para aumentar el rendimiento de los cultivos.
Así nace Melyra, una de las soluciones más innovadoras del mercado para el control de enfermedades en la soja. Según la compañía, Melyra combina la molécula Revysol –otra innovación mundial desarrollada por la compañía– con F500, ofreciendo así una doble acción de control y una protección integral de la hoja.
Durante el lanzamiento, Rodolfo Viana, consultor de Cultivos para Uruguay, Bolivia y Paraguay de la división Soluciones para la Agricultura de BASF, dijo que “con Melyra reafirmamos nuestro compromiso de acompañar al productor uruguayo con soluciones innovadoras y sustentables”.
Viana señaló que las enfermedades de fin de ciclo pueden reducir el rendimiento de la soja hasta un 20% y “con esta herramienta eficaz y segura los productores logran potenciar su rendimiento por hectárea y mayor estabilidad en sus resultados”.
Esta tecnología, única en su tipo según la empresa, garantiza una defensa prolongada frente a otras enfermedades, traduciéndose en mayor productividad y sustentabilidad para el productor. Además, Melyra tiene el potencial de servir también para otros cultivos como cebada, trigo y maíz.
Marcelo Carmona, reconocido fitopatólogo y profesor titular de la Facultad de Agronomía en Buenos Aires –quien participó en la investigación de la molécula Revysol–, subrayó que el descubrimiento de una nueva molécula “marca un hito en la protección de cultivos: pasaron más de veinte años hasta que se desarrolló algo nuevo”.
En suma, este avance científico combina eficacia, seguridad y sustentabilidad para la agricultura moderna. BASF, con la llegada de Melyra, no solo introduce una nueva herramienta de control para la soja, sino que marca un punto de inflexión en la protección de cultivos en Uruguay y la región.
Para el país es más que bienvenida esta noticia, ya que la soja es uno de los principales productos de exportación de Uruguay. ¿Datos? El mes pasado nomás la soja alcanzó colocaciones por 200 millones de dólares, 22% más que en setiembre de 2024. Sin duda en el último trimestre los números seguirán creciendo, dejando a la soja –como viene siéndolo desde comienzo de año–en el podio de los principales productos que Uruguay pone en el mundo.

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