Derek Walcott, Amordespués de amar
El tiempo vendrá
cuando, con regocijo,
te saludes arribando
a tu propia puerta, a tu propio espejo,
y cada cual se ría al dar la bienvenida al otro,
y diga, siéntate aquí. Come.
Seguirás amando al extraño que fuiste para ti.
Ofrece vino. Ofrece pan. Devuelve tu corazón
a su lugar, al extraño que te amó
toda tu vida, a quien ignoraste
en favor de otro, quien te conoce de corazón.
Saca las cartas de amor del librero,
las fotografías, las desesperadas notas,
despega tu propia imagen del espejo.
Siéntate. Festeja tu propia vida.
El blog de Emma Gunst.
Tu opinión enriquece este artículo: