Durante años Pepe Guerra y Braulio López, aun cuando debieron marchar al exilio, alcanzaron una dimensión artística insospechada y de formidable repercusión y prestigio internacional, y prácticamente bajo la tutela de los entrañables Ruben Lena y Víctor Lima, el dúo tuvo una convivencia compositiva y expresiva de alta incidencia y solvencia.
Los Olimareños, con cuarenta y cuatro discos editados, recorrieron el mundo entero y obtuvieron innumerables discos de oro y platino.
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