El proyecto original de Trecento nació en 2023, impulsado por los emprendedores Mauro Vázquez y Santiago Gálvez dentro de la iniciativa “Que no te cierren el bar de la esquina”, que buscaba recuperar bares clásicos y darles una nueva vida gastronómica. Tras un tiempo de gestión, los fundadores decidieron vender el local, y fue allí cuando apareció la oportunidad para los hermanos Diego, Daniel y Juan Marotta, hijos de una familia con más de tres décadas de historia en la gastronomía uruguaya.
“Crecimos viendo a nuestro padre dejarlo todo por su negocio, y eso nos marcó”, cuenta a InfoNegocios Daniel Marotta, licenciado en Marketing y uno de los tres hermanos al frente del nuevo Trecento. “Hoy cada uno tiene su carrera y su trabajo, pero sentimos la necesidad de cerrar el círculo y volver al rubro que nos vio crecer. Esto no lo hicimos por necesidad, sino por gratitud”.
El alma del proyecto es Diego Marotta, licenciado en Administración y jefe de administración en Claldy, quien soñó durante años con tener un local propio. A él se sumaron sus hermanos —Juan, que trabaja en Itaú y está por recibirse de contador, y Daniel, que trabaja en el área de marketing de Movistar—, además del apoyo de su madre, su padre (que aportó contactos y experiencia) y otros familiares que colaboraron en la remodelación del espacio.
La receta de la pizza es la misma que preparaba su abuelo, y a partir de ella construyeron una propuesta que combina tradición y actualidad: pizzas, minutas, chivitos, wraps y una cafetería con café de especialidad de Amor Perfecto. “Queremos que sea un lugar donde la gente coma bien, se sienta cómoda y disfrute. Apostamos a una experiencia familiar, cercana y con buena energía”, resume Daniel.
Trecento abrió sus puertas oficialmente el 2 de octubre de 2025, con una gran respuesta del público. “Nos sorprendió la cantidad de vecinos que se acercaron felices de tener nuevamente un lugar para comer una buena pizza. Muchos ron que después de que cerró La Pasiva no había un lugar en el barrio a dónde ir a comer algo así”, dice Marotta.
El local —que abre de domingo a domingo, de 8 a 00 horas— busca aprovechar los cuatro turnos de servicio: desayuno, almuerzo, merienda y cena. Con una ubicación estratégica y una historia que combina pasado y presente, la familia Marotta proyecta afirmar primero esta nueva etapa antes de pensar en expandirse.
“Estamos disfrutando el proceso. Para nosotros esto es un sueño hecho realidad y una forma de honrar nuestro legado familiar. Si el proyecto crece, veremos hasta dónde podemos llegar, pero hoy el foco está en hacer las cosas bien y seguir compartiendo nuestra historia con la gente del barrio”, concluye Daniel.