InfoNegocios conversó con José Bavastro, director de Bavastro Remates, un local que lleva 107 años en el mercado. En sus inicios habían muchos remates en Montevideo, todos concentrados en Ciudad Vieja. “La realidad del negocio cambió radicalmente. Hoy en día, la variedad de rubros y la demanda por artículos específicos, como las alhajas y las obras de artes, son las más demandadas en el mercado”, explicó Bavastro.
“El mercado de antigüedades es muy cambiante. Por ejemplo, el marfil prácticamente desapareció debido a las restricciones internacionales. “No se puede llevar marfil a Europa, Estados Unidos o China; no lo dejan entrar y, en algunos casos, incluso te lo destruyen”, explicó Bavastro.
Esto generó que ciertos artículos pierdan valor, lo que obligó a los remates adaptar su inventario a lo que busca el mercado local y regional. También, Bavastro destacó el impacto de las nuevas tecnologías en el sector. “La pandemia fue un punto de quiebre. Ya estábamos trabajando en una plataforma online, pero aún no la habíamos lanzado. Cuando comenzó la pandemia en marzo de 2020, nuestro primer remate online fue de alhajas y alfombras en abril, que funcionó muy bien. Además, nos caracterizamos por la diversidad de rubros, donde contamos entre ocho y diez remates por semana”, detalló.
En sintonía, Danilo Rey, director de Rey Antigüedades, también coincidió que hay que estar atentos a los cambios del mercado para adaptar la oferta a lo que realmente tiene una demanda. “Hace algunos años buscaban desesperadamente comprar ciertos artículos que ahora ya no interesan. Es importante mantenernos actualizados en un mercado que cambia de la mano de las nuevas generaciones”, subrayó.
En Rey Antiguedades lo más demandado también son las alhajas de oro, y además relojes, platería criolla, juguetes antiguos; y notó un aumentó en los carteles esmaltados. “Es curioso, pero hoy en día un cartel de estos puede valer más que una obra de arte de un pintor reconocido”, comentó.
Por otro lado, mencionó que las ventas online las llevan a cabo desde el año 1999, lo que les permitió tener una cartera internacional de clientes. “Antes, cuando mi padre manejaba el negocio, se sacaban fotos de las piezas, se revelaban, se enviaban por carta y luego había que esperar a que el cliente respondiera. Hoy en día, todo esto se maneja en segundos a través de WhatsApp”, enfatizó Danilo.
Ambos entrevistados coincidieron en que la autenticidad y la historia de una pieza son determinantes en su valor. “La autenticidad es fundamental. Muchas veces, una pieza que hace cuatro años atrás tenía mucho valor, hoy no se vende. Por eso es importante conocer el mercado y saber qué es lo que se está buscando”, comentó Bavastro.
Rey, por su parte, resaltó que el valor de una pieza no solo se mide por su materialidad, sino también por su historia: “Si tengo un facón que perteneció a alguien importante en la historia, el valor se eleva. Pero para esto, necesito documentación que lo respalde. De lo contrario, no podría afirmarlo”. Este es uno de los principales desafíos que enfrentan al momento de adquirir y vender productos, ya que deben asegurarse de la veracidad de las piezas para no perder credibilidad.
Por otra parte, Bavastro subrayó que los estilos cambiaron totalmente. “Hace un tiempo atrás las personas vivían en casas grandes, muchas veces con los abuelos o los padres. Hoy en día, en su mayoría, vive en apartamentos de uno o dos dormitorios, y ya no tienen espacio para el tipo de muebles que se usaba antes. Los jóvenes buscan otros estilos más minimalistas, como muebles daneses, en lugar de una cómoda francesa con marquetería”, señaló.
Estos cambios no solo afectan a la oferta de productos, sino también a los precios. “Los precios bajan cuando un estilo ya no se usa. Dentro de todos los rubros, lo que se destaca es todo lo que corresponde a las décadas de los 50, 60, 70 e incluso los 80”, indicó.
El mercado de antigüedades en el país demuestra cómo lo viejo puede reinventarse y mantenerse; adaptándose a las nuevas tendencias, combinando la tradición con las tecnologías, y diversificando el sector.