Conferencia antitabaco de Punta del Este con efectos en “varias” canchas.
Unos 600 representantes de 170 países están reunidos en Punta del Este delineando acciones frente a un enemigo común: el cigarrillo. Y por qué no, dando un mensaje a Philip Morris, que está enfrentada no sólo con el gobierno de Uruguay, sino con los de Australia, Noruega, Irlanda, y algún otro más de la Unión Europea. La compañía demandó a Uruguay por haber profundizado las disposiciones en cuanto a los mensajes de las cajillas de cigarrillos en el entendido de que coarta su libertad comercial. Pero también están jugando su partido los pequeños productores de tabaco, que reclaman con pancartas en la puerta del Conrad por su negocio, e hicieron llegar un comunicado a los medios firmado por la Asociación Internacional de Productores de Tabaco en el que se oponen a la prohibición de “ingredientes” dado que esa medida afectaría la demanda de hoja de tabaco Burley y Oriental. Según los fabricantes, los ingredientes y saborizantes que se plantea prohibir, se agregan para equilibrar el sabor natural del tabaco, para reponer los azúcares perdidos en el proceso de curado, y para darle a las marcas individuales su sabor y aroma característicos.