Algo está cambiando en Punta del Este... la segunda quincena viene apagadita
Durante la segunda quincena de enero en Punta del Este se ve menos gente pero es algo que no preocupa mayoritariamente a las autoridades y operadores porque es un fenómeno esperado. Otra historia es lo que pasa con algunos segmentos del comercio y la actitud que vimos este verano desde las marcas. Mucha gente aprovechó la “bonanza” del clima y solo hace playa, compra en los supermercados y come en su casa. A la noche, muchos optan por ir al puerto y arman su propio “bar”. De acuerdo a lo que pudimos ver, los restaurantes que están sobre las principales avenidas están trabajando bien pero ya no hay tanta movida nocturna ni discotecas que “exploten”. Muchos boliches no están trabajando bien y parece que está de moda no ir a bailar. Algunos ya cerraron y otros están vendiendo menos entradas que el año pasado. De todas maneras habrá que esperar los números finales para pasar raya y hacer la autocrítica. Los locales comerciales se mantienen abiertos e incluso se siguen realizando aperturas. A las ausencias de grandes espectáculos esta temporada se sumó que algunos eventos que solían ser “free pass” se transformaron en eventos de pago, como algunos desfiles. Las marcas optaron por fiestas privadas y limitadas a clientes. En las playas no hay presencia de marcas con promotoras como otros años, y para la prensa argentina “todo se terminó con la fiesta de Gente” que fue hace unos días.
Durante la segunda quincena de enero en Punta del Este se ve menos gente pero es algo que no preocupa mayoritariamente a las autoridades y operadores porque es un fenómeno esperado. Otra historia es lo que pasa con algunos segmentos del comercio y la actitud que vimos este verano desde las marcas. Mucha gente aprovechó la “bonanza” del clima y solo hace playa, compra en los supermercados y come en su casa. A la noche, muchos optan por ir al puerto y arman su propio “bar”. De acuerdo a lo que pudimos ver, los restaurantes que están sobre las principales avenidas están trabajando bien pero ya no hay tanta movida nocturna ni discotecas que “exploten”. Muchos boliches no están trabajando bien y parece que está de moda no ir a bailar. Algunos ya cerraron y otros están vendiendo menos entradas que el año pasado. De todas maneras habrá que esperar los números finales para pasar raya y hacer la autocrítica. Los locales comerciales se mantienen abiertos e incluso se siguen realizando aperturas. A las ausencias de grandes espectáculos esta temporada se sumó que algunos eventos que solían ser “free pass” se transformaron en eventos de pago, como algunos desfiles. Las marcas optaron por fiestas privadas y limitadas a clientes. En las playas no hay presencia de marcas con promotoras como otros años, y para la prensa argentina “todo se terminó con la fiesta de Gente” que fue hace unos días.