Para purificarse la mayoría de las mujeres elige “conectarse con cosas sencillas que la gratifican” (75%). En segundo lugar, actividades relajantes como baños de inmersión o similares (52%) y en tercer lugar alguna actividad física (47%), que entre las uruguayas cobra aún más importancia (51% vs. 44% en Argentina). De acuerdo a la investigación, el 73% de las mujeres rioplatenses se preocupan por la sensibilidad de sus axilas y consideran importante que los productos que consumen las suavicen. El rostro, el cuello y las axilas son, de acuerdo con las mujeres, las partes del cuerpo más sensibles y que un cuidado más especial necesitan. El 63% de las mujeres encuestadas reconoce la sensación de estar “intoxicada” frente a los excesos de la vida cotidiana. Tanto en Uruguay como en Argentina, la penetración del fenómeno es similar. La diferencia aparece al enumerar “elementos intoxicantes”: las argentinas nombran mayor cantidad de elementos de su entorno. Resulta revelador que la “sensación de toxicidad” o exceso del que se quiere “purificar”, está asociada más fuertemente a factores sociales y emocionales que a factores físicos o químicos. Así, las exigencias sociales (entendidas como el ritmo vertiginoso de la vida y la demanda excesiva de productividad laboral) y el clima social (entendido como la mala onda, las noticias de los diarios y la TV y la política), resultan los factores más mencionados en este sentido.
Vértigo cotidiano y alimentación desbalanceada "intoxican" a las mujeres uruguayas
La vida vertiginosa y una alimentación desbalanceada son las principales causas de la sensación de “intoxicación” entre las uruguayas, de acuerdo a un estudio realizado por la consultora Trendsity para la marca Dove. Del estudio también surge que el 47% elige la actividad física como práctica para desintoxicar su cuerpo. La mitad de las mujeres consultadas (250 de Uruguay y 250 de Argentina) considera la “pureza” como uno de los atributos más importantes al momento de elegir un producto de cuidado personal. Pero el dato más curioso es que el 23% de las mujeres prefiere los desodorantes sin fragancia.
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