Están quienes opinan que el acuerdo beneficiará a la economía uruguaya y quienes piensan todo lo contrario. El abogado argentino Martín Litwak está entre los negativos. Contó a El País días atrás que el acuerdo no es bueno para Uruguay porque “el país creció (en muchos casos) por permitir a los argentinos hacer cosas que en su país estaban prohibidas”.
Sin embargo, el contador Preve no fue tan extremista, y nos contó el panorama más general, con sus pros y contras. Como positivo, señaló que el mecanismo de blanqueo permitirá una mayor libertad en el uso y disposición de los capitales exteriorizados. Como negativo, el programa de amnistía argentino no obliga la repatriación de los recursos a ser declarados, es decir, que el dinero puede mantenerse fuera del país. Lo que significa que Uruguay deberá competir más fuerte con otros países (incluyendo a Argentina), como destino para inversión y consumo de los bienes y recursos que vayan a movilizarse.
No obstante, Preve señaló que como Uruguay se ha mostrado siempre como un destino seguro desde el punto de vista jurídico, cuenta con algunas ventajas para enfrentar la competencia. “La proximidad geográfica, y el conocimiento de la idiosincrasia para hacer negocios son dos factores relevantes a tener en cuenta por los empresarios”, señaló.
Para Preve, el desafío de fondo continúa siendo el mismo, generar oportunidades a nivel país con el fin de promocionarse como destino de llegada y permanencia de recursos para el aumento de la actividad económica.