Un nuevo decreto ordena la gestión de residuos de obra civil y pone fin al uso indiscriminado de volquetas. Sí, a partir de ahora, las obras deberán clasificar, reciclar y disponer correctamente los escombros, bajo fiscalización de las autoridades.
Para ser más precisos, el Gobierno promulgó el Decreto Nº 213/025, que reglamenta la gestión de los residuos generados en obras de construcción, reforma y demolición. La norma introduce un cambio estructural en la gestión de escombros y materiales de obra, con foco en la clasificación en origen, trazabilidad y economía circular.
Dicho de otro modo, el decreto obliga a todas las obras públicas y privadas a clasificar los residuos en la propia obra —separando escombros limpios, materiales reciclables y residuos peligrosos— y a minimizar su generación. Además, prohíbe el uso de volquetas o contenedores en la vía pública, salvo autorización expresa y por un máximo de tres días. Los traslados deberán realizarse solo por empresas registradas y autorizadas.
En función del tipo y la magnitud de la infracción y sus consecuencias ambientales, así como de los antecedentes del infractor, el Ministerio de Ambiente será la autoridad principal de fiscalización y sanción, aplicando multas en Unidades Reajustables (UR) entre 10 y 5.000 por infracciones leves, entre 200 y 60.000 UR por infracciones graves y por cada infracción considerada muy grave, entre 10.000 y 100.000 UR.
Los gobiernos departamentales también participarán en el control y podrán dictar normas complementarias e incentivos económicos para asegurar el cumplimiento.
La normativa promueve la valorización de materiales frente a la disposición final, la reutilización de escombros limpios en rellenos y canteras, y la implementación de sistemas de trazabilidad digital que registren todo el ciclo del residuo.
Esta medida sin duda marca un antes y un después en la gestión de residuos de la construcción, alineando al sector con criterios de sostenibilidad y circularidad.
Comenzar a adaptarse
Si bien el decreto prevé un plazo de adecuación gradual, de dos años para las grandes obras y hasta cinco para proyectos menores, las empresa del rubro ya comenzaron a trabajar en este línea y adaptar muchas de sus operativas.
De hecho, un ejemplo es la firma Depósito Pedernal, que según Matías Silva, integrante del equipo de Medioambiente de la firma, dijo que "esta norma ordena el trabajo de todos y nos desafía a mejorar procesos. En nuestro caso, ampliamos la gestión para incluir materiales reciclables como cartón, nylon y plástico, acompañando a las constructoras en la clasificación y valorización en obra".