“Cada vez más, diferentes empresas y familias adoptan un gasto más alto en su vida en niveles de seguridad”, dijo a InfoNegocios el director de Gadoban, Ignacio Aguerre. Esta modalidad, que se impuso en el último tiempo, permite vigilar áreas que otras cámaras no están capacitadas para hacerlo. Algunos ejemplos podrían ser los cementerios, los campos, los barrios privados ubicados en zonas de mucha neblina, las fábricas e, incluso, las casas de familia.
A diferencia de las cámaras tradicionales, que ven hasta 20 metros de distancia, las cámaras térmicas pueden hacerlo hasta los 800 metros. Su funcionamiento y reconocimiento se da a través del calor de los cuerpos que se acercan a ella. esto quiere decir que si una persona, un auto o un animal es reconocido por la cámara, el personal de seguridad se acercará hasta el territorio y podrá corroborar que no exista ningún problema.
“Hay muchos clientes que se están apoyando la electrónica y la seguridad física, y esa es la mejor mezcla que puede tener cualquier empresa”, agrega. Hoy, el precio de este tipo de cámaras va desde los US$ 1.500 a US$ 7.000, a lo que debe agregarse el precio de cada instalación.