Gabriela La Valle, fundadora de Keepsmiling contó a InfoNegocios que se sorprendió con el comportamiento y la recepción por parte del mercado uruguayo. “Creció muy rápido en Uruguay, mucho más de lo que yo pensaba, no sé si es porque estaban necesitando un gran cambio estético o qué, pero es impresionante lo bien recibido que fue”, comentó la ortodoncista.
Hace menos de un año que la empresa llegó a Uruguay donde ya cuenta con 158 ortodoncistas acreditados y habilitados para utilizar el sistema. La facturación del año del lanzamiento fue de US$200.000 y para este 2017 estiman crecer un 300% más.
Además, la empresa de la argentina La Valle, se encuentra en pleno período de expansión, sus dos próximos destinos son Paraguay y Chile. “Comenzamos trabajando en toda Argentina donde ahora hay más de 1.000 ortodoncistas acreditados, luego apostamos por Uruguay donde tuvimos un gran apoyo académico y ahora vamos por Paraguay y Chile”, comentó la empresaria.
Lo que ofrece Keepsmiling es un sistema de alineación dental mediante placas removibles e invisibles (parecidas a las contenciones), que son creadas a través de impresoras 3D. El sistema puede ser utilizado solamente por ortodoncistas ya que, si bien el profesional casi no realiza un trabajo sobre la boca del paciente, sí tiene que contar con el criterio ortodóncico correspondiente para el trabajo previo.
El sistema combina el diagnóstico y plan de tratamiento sugerido por el ortodoncista, con los avances de la tecnología computarizada, que brinda la posibilidad de crear modelos virtuales de los dientes y de la boca y así obtener movimientos precisos y programados.
Desde el momento en que las placas están listas el paciente debe usar cada alineador durante 22 o 23 horas diarias a lo largo de tres semanas, sacándose sólo para comer y cepillarse los dientes. Luego se descartan y reemplazan por un nuevo juego que trae consigo el siguiente movimiento (similar al cambio de arcos en la ortodoncia tradicional). De esta manera, los dientes se van desplazando en forma gradual y progresiva hasta alcanzar la alineación buscada.
“Es un tratamiento virtual y combinado entre la utilización de software y el criterio ortodóncico”, explicó La Valle. “Todo tratamiento mágico tiene una parte negra, y el secreto de esto es que realmente no funciona si no se usa 22 horas por día”, concluyó.