... Estos contenedores vienen principalmente de China y presentan problemas tanto a las grandes marcas que sufren la falsificación, a los padres que pagan por ellos como si fueran originales y, por supuesto a los niños, ya que juegan con artículos de poca calidad que pueden perjudicarlos. “Hay muchísimas falsificaciones buenas, que las venden al mismo precio que la original, pero en realidad el juguete es una porquería. Esto repercute en una mala imagen de marca si compro un producto, gasto una fortuna y se me rompe al otro día”, agregó Cervieri.
Existen varias categorías de falsificación y, sin dudas, el más difícil de detectar y quitar del mercado son aquellas que se asemeja muchísimo al original y la gente lo compra como legítimos. Según Cervieri, el negocio de la falsificación es el más rentable del mundo: “¿A quién se le ocurre mandar un contenedor con cocaína? Imposible, pero un contenedor de productos falsos, todo el tiempo, todo el mundo”, explicó la socia de Cervieri, Monsuarez y Asociados. La realidad muestra que los artículos falsos se mandan por correo, llegan por encomienda y el riesgo no es grande: “Un muñequito me cuesta U$S 0,20 y lo venden a U$S 50, sin pagar impuestos por registro de marca, etc., es maravilloso”, acotó.