En particular, volvieron a bajar los juicios negativos sobre la evolución de la situación económica en el último año (desde 64% hasta 26%), al tiempo que la proporción que indicó una mejora pasó de 6% a 21% (alcanzando el valor más alto desde inicios de 2011). El restante 53% opinó que la situación fue igual que hace un año.
En una línea similar, la presente edición registró un aumento en la proporción de empresarios con juicios favorables sobre el clima actual de negocios en nuestro país. En efecto, la proporción de respuestas que apuntan a que el clima de negocios es “bueno” o “muy bueno” se incrementó hasta 30%, luego de haberse mantenido en torno a 18% en los últimos tres relevamientos. De todos modos, siguen predominando juicios relativamente críticos en relación al clima de negocios (la mayoría de las respuestas – 60% – sostiene que es “regular”).
Por otra parte, las expectativas económicas para el próximo año siguieron mejorando. En particular, la proporción de consultados que prevé un deterioro de la situación económica cayó de 26% a 14% (el menor registro desde 2010), mientras que el porcentaje que espera un panorama “igual” se incrementó 9 puntos y alcanzó a 56%. Las opiniones que apuntan a una mejora de la situación económica también aumentaron, aunque en menor magnitud (de 27% a 30%). Así, el saldo neto de respuestas ascendió hasta 16%, cuando en octubre había sido casi nulo.
Las expectativas en torno al clima de inversiones también presentaron mejoras aunque algo más moderadas, con lo cual el saldo neto de respuestas permanece en terreno levemente negativo. A su vez, dos de cada tres empresarios espera que el clima de inversiones permanezca sin cambios.
Con respecto al PIB, casi un 70% de los empresarios espera un crecimiento de entre 1% y 2% en 2017, cifra que supone un repunte frente al 43% obtenido en la edición pasada. Además, el porcentaje que prevé una expansión menor a 1% cayó a menos de 20%, cuando en octubre de 2016 la mitad de los empresarios proyectaban este escenario. Cabe igualmente marcar que el crecimiento promedio esperado (1,5%) siguió siendo bajo (e inferior a las previsiones de la mayoría de los analistas).
Finalmente, las perspectivas para el mediano plazo (“tres o cuatro años”) también resultaron un poco más favorables. En particular, la proporción que aguarda un crecimiento de 2%-3% aumentó 10 puntos y alcanzó a 43%, al tiempo que bajó de 55% a 43% el porcentaje que espera un crecimiento de 1%-2%.
Las expectativas de los ejecutivos sobre sus propias empresas fueron más favorables que las que mantienen para la economía en general, algo que suele ocurrir en este relevamiento. Además, las respuestas también capturan un panorama de mayor optimismo respecto al desempeño futuro de las propias empresas. En efecto, la proporción de empresarios que espera una mejora dentro de un año subió 9 puntos y se ubicó en 37% (marcando la cifra más alta en cinco años).
Las expectativas de producción también resultaron mejores, al reportarse un 36% que espera una mayor producción el próximo año, un 54% que no aguarda cambios y un 9% que avizora una producción más baja. En tanto, las expectativas de inversión y rentabilidad pasaron a mostrar saldos netos levemente positivos (6% y 1% respectivamente), aunque las opciones mayoritarias siguieron siendo neutras (61% en la inversión y 53% en la rentabilidad).
En relación a los principales desafíos que enfrentan las empresas, “incremento de costos” siguió siendo el mayor desafío señalado por los ejecutivos (más de 70% lo considera dentro de los tres principales desafíos), seguida por “competencia creciente”, “gestión de recursos humanos” y “escasez de demanda”, que fueron mencionadas por el 35%-40% de los empresarios. Si bien “escasez de demanda” permanece en los primeros lugares del ranking, el porcentaje de menciones que obtuvo volvió a caer en esta edición, dejando atrás el pico de casi 50% registrado a inicios de 2016. Eso resulta consistente con la reciente reactivación de la economía uruguaya.