Las Cárcavas nace y crece frente al océano Atlántico, en la privacidad de un ecosistema natural reconocido como reserva de biósfera por la UNESCO. Se destaca por la arquitectura del brasileño Isay Weinfeld, quien describe el proyecto como un espacio de “modernismo tropical con una marcada tendencia al minimalismo”.
Las Cárcavas cuenta con instalaciones de primer nivel y exclusivos amenities, desde un club de playa y un solárium frente al mar, hasta una cancha de tenis de césped natural que conviven en armonía con la flora nativa. También hay una piscina y un grill house con parrilla, un fogón en el bosque, una cancha de fútbol, un helipuerto y cabalgatas.
“Todos los amenities apuntan a liberar la mente y darle espacio a la creatividad para reinventarse”, señala Gastón Marquevich, CEO de Las Cárcavas.
El terreno cuenta con 24 chacras, cada una de 9.000 m2 aproximadamente, y un espacio para la construcción de 16 bungalows de 216 m2 cada uno, totalmente equipado, para entregar en modalidad llave en mano. En un proyecto que prioriza el entorno y la naturaleza, las residencias seguirán unas pautas arquitectónicas preestablecidas para preservar la esencia de Las Cárcavas. De hecho, la mitad de las 50 hectáreas se preservarán como reserva ecológica.
“Comprar una propiedad en Las Cárcavas es más que invertir en una casa: es acceder a espacios y servicios exclusivos que definen un nuevo estilo de vida, rodeado de paz y naturaleza, a pocos pasos del mar”, explica Marquevich.
Este desarrollo inmobiliario de chacras se compromete con el desarrollo sustentable, implementando acciones responsables en favor del ecosistema: uso complementario de energías alternativas, tratado de aguas, parquización y huerta orgánica y clasificación y reciclado de residuos.
Al momento ya se comercializaron cinco chacras y dos bungalows, adquiridas según los inversores por compradores de Argentina, Estados Unidos y Europa.