Los expositores fueron Virginia Suárez, presidenta de la Alianza Uruguaya por el Agua; Nicolás Rezzano y María Eugenia de la Pena, expertos del BID; Diego Berger, coordinador de Proyectos Internacionales de la Compañía Nacional de Aguas de Israel; Gerardo Díaz, delegado de Fundación Chile; y Marisol Mallo, gerenta del Área de Información, Planificación y Calidad Ambiental de la DINACEA, Ministerio de Ambiente.
Suárez fue la encargada de dar inicio al evento, asegurando que es una oportunidad para generar herramientas, novedades y desafíos en cuanto a la seguridad hídrica, así como promover iniciativas y proyectos que se basen en la experiencia de otros países.
“El año pasado vivimos una crisis de agua, que no fue un hecho aislado, ya que el cambio climático va a ser cada vez de mayor impacto y alcance. Por eso, estamos enérgicamente promoviendo esta alianza por el agua en Uruguay. Celebremos el día, aprendamos y compartamos experiencias”, expresó Suárez.
En tanto, De la Pena se encargó de brindar una mirada del contexto regional sobre el reúso de agua residual tratada. “En América Latina y el Caribe, al menos el 40% de la población sufre por la escasez de agua. Sin embargo, los niveles de reúso de agua residual tratada no superan el 5%, no se concretan programas institucionales y de financiamiento por parte de los gobiernos, y hay poco interés del sector privado en apoyar este rubro”, informó.
Por su parte, Berger, especialista en la temática proveniente de Israel, presentó las experiencias de reúso aplicadas en ese país. “Más del 90% de los problemas de agua en el mundo tienen que ver con la gestión. A su vez, la gestión es el reflejo de la educación de un pueblo, en cuanto al valor que se le da al agua”, manifestó.
El experto explicó que Israel tiene un bajo registro de lluvias, con un promedio anual de 400 milímetros, concentrados en solo cuatro meses. Esta escasez los llevó a desarrollar diferentes políticas hídricas, como formas de riego sustentable en la agricultura, el reúso de efluentes y la desalinización del agua.
Berger también se refirió a los cuatro pilares que conforman el sector hídrico israelí, que son la Ley de la Medición de las Aguas de 1955, la Ley del Agua de 1959, la gestión centralizada y el autofinanciamiento del sector hídrico.
En el caso de Chile, el país se enfrenta a una fuerte escasez hídrica que se viene acrecentando desde el año 2000, producto de la baja de las precipitaciones y la suba de las temperaturas. Según las proyecciones, Chile será el único país latinoamericano con estrés hídrico extremadamente alto al año 2040.
Al respecto, Díaz presentó las experiencias del país andino en materia de gestión hídrica y reúso de aguas residuales tratadas, tanto a nivel urbano como rural, y los proyectos de reutilización que fueron implementando desde hace casi una década. “Desde la Fundación de Chile trabajamos con más de 370 organizaciones del país, desarrollando una base técnica robusta, que permitió construir propuestas como insumo en política pública y privada”, señaló.
Como cierre, Mallo manifestó que Uruguay está comenzando a trabajar en el proceso de reutilización de agua luego de la crisis hídrica experimentada, aprendiendo de la experiencia de otros países.
“Las políticas ambientales que estamos impulsando se enmarcan en un concepto más amplio, que es lograr el Uruguay sostenible a través de promover la adecuación y transformación de los distintos sectores de actividad a procesos ambientalmente sostenibles, económicamente viables y socialmente inclusivos”, informó.