Cuando la lectura también es un alimento (bibliotecas itinerantes junto a ollas populares)

Desde hace una semana, algunas ollas populares de Montevideo cuentan con un espacio para que las personas que van allí por un plato de comida caliente puedan, además, encontrar un libro y llevárselo a su casa para leer y ser devuelto para que otros tengan la misma oportunidad. Se trata de más de 2.500 títulos dando vueltas por la ciudad.    

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En un importante número de ollas populares de Montevideo, más precisamente en 70 lugares de distintos barrios, la Intendencia de Montevideo –a través de su División Artes y Ciencias– instaló bibliotecas itinerantes, cada una con 40 títulos distintos, tanto para el público infantil y juvenil, como para los adultos.

Cada uno de los libros que conforman estas bibliotecas itinerantes cuentan con una carta explicativa que detalla la propuesta, que en definitiva busca democratizar el acceso a la lectura, como un bien cultural para todas las personas, en un tiempo complejo y difícil como es el generado por el COVID-19.

La idea es que cada persona que vaya a una olla y tenga la necesidad de acompañar su distanciamiento social con un libro, pueda llevárselo y leerlo tranquilo, comprometiéndose a cuidarlo y devolverlo en buenas condiciones para que otra persona, como él, pueda también disfrutarlo.

El Servicio de Bibliotecas de la Intendencia de Montevideo mantendrá un vínculo semanal con cada una de las bibliotecas itinerantes, de modo de poder ir monitoreando el desarrollo de la iniciativa y analizar su alcance para luego, más allá de la situación de emergencia actual, seguir adelante con este proyecto.

Sin duda esta iniciativa es más que aplaudible, porque una vez que la panza está llena, no hay nada mejor que un libro para seguir alimentando el cuerpo y el alma.

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